10 de abril, alrededor de las 19.00 horas. El Mallorca acababa de
perder ante el Zaragoza y Osasuna le atizaba al Racing, fracturando
una ristra de derrotas que le habían dejado un poco más cerca del
grupo de Cúper. Mateu Alemany bajaba al vestuario y se citaba con
el técnico, que se encontraba al borde de la histeria. En la planta
noble de Son Moix todo eran llantos, lamentaciones. Los consejeros
empezaban a asumir el descenso y alguno de ellos ya proponía una
reunión para empezar a edificar el proyecto de la próxima temporada
en Segunda. La hinchada había agachado la cabeza y el
mallorquinismo ya asumía el descenso. Circulaba el torneo por la
31ª jornada de Liga y todo se derrumbaba. Cúper anunció un cónclave
con Alemany para el lunes, tras el que dijo que estaría dispuesto a
seguir en la categoría de plata. Era evidente que la permanencia ya
era algo utópico. Cúper habló de acabar con dignidad, y desde
entonces la dirección del Mallorca cambió. La del Mallorca y la del
Levante, que inició un peligroso ejercicio de caída libre que vivió
ayer un nuevo episodio. Ahora el escenario es bien distinto. La
distancia se ha limado y es de tres puntos (más el golaverage) y la
salvación ha dejado de ser un sueño.
El punto
Daba la impresión de que el punto que el Mallorca arañó en Pamplona
lo podía condenar de una forma definitiva. Con todo, Cúper ya
advirtió que ese empate no se podía valorar hasta esta tarde,
después del partido que enfrentaba a Albacete y Levante. Y tenía
razón. El equipo de José Luis Oltra, que el pasado domingo asumió
el cargo relevando a Bernd Schuster, perdía en el Carlos Belmonte.
Ese punto de El Sadar era bueno, muy bueno. Lo adivinó el Mallorca
desde que en el minuto 38 Francisco anotara el primer gol (el
triunfo lo completaron Redondo y Mark González). El Levante seguía
en llamas, ardiendo, incluso con un nuevo inquilino en su
banquillo.
Hacía tres meses que el Albacete no ganaba, al que no le había
cambiado ni la llegada al vestuario de Monteagudo. Esa estadística
no invitaba al optimismo, pero la dinámica del Levante sí. El
conjunto granota se había metido en un buen lío en las últimas
semanas y su trayectoria era descendente. Ni siquiera las palabras
de su presidente, Pedro Villarroel, anunciando que el Mallorca era
«carne de Segunda», habían tenido un efecto terapéutico en la
plantilla. Así se demostró ayer, luego de un partido en el que el
apenas tuvo opciones de ganar. Acaso un remate de Mancev, pero poco
más. Los manchegos apretaron desde el inicio, porque en ello les
iba la permanencia. Es posible que algo más, porque es probable que
al Carlos Belmonte llegara alguna prima. El Mallorca festejaba cada
gol del Albacete y empezaba a creer que es posible mantenerse en
Primera. En parte, porque el calendario del Levante es
terrible.
El grupo de Oltra recibe la próxima semana al Barcelona, que se
puede proclamar campeón de Liga en el Ciudad de Valencia. Va a ser
un complicado partido, pero también lo será el del día 22 de mayo,
cuando el Levante se enfrente en su estadio al Valencia en ederby
de la Comunitat. Además, el grupo azulgrana cierra el campeonato en
el campo del Villarreal, otro de los conjuntos que persigue la Liga
de Campeones y que está ofreciendo un extraordinario nivel.
Tampoco lo tiene mucho más sencillo el Mallorca, a pesar de que
sus rivales son de un rango sensiblemente inferior. Por ejemplo, el
Athletic, que circula en zona de nadie buscando Europa pero muy
pendiente de la Copa del Rey. Una semana más tarde el conjunto de
Cúper se mide al Deportivo en A Coruña; los gallegos están
finiquitando el torneo de una forma lamentable, pero tratarán de
lograr el triunfo en la despedida ante su afición de Mauro Silva,
que cuelga las botas. Igualmente, mantienen alguna opción de poder
ingresar en la Copa de la UEFA. Por último, el Mallorca recibe en
Son Moix al Betis de Serra Ferrer, que en Palma agotará sus últimas
opciones de meterse en la Champions.
Los datos
Lo cierto es que la trayectoria del Levante invita a pensar que es
posible atrapar la permanencia. Los valencianos no ganan un partido
de Liga desde el 13 de marzo, cuando tumbaron de una forma
contundente a Atlético Osasuna (4-0). Desde entonces, no ha hecho
más que acumular malas noticias. Perdió frente al Athletic en San
Mamés (3-1) y en su estadio ante el Deportivo (0-1).
Posteriormente, se rehabilitó logrando un punto en su visita al
campo del Betis (2-2), para posteriormente perder cuatro partidos
de forma consecutiva: Real Madrid (0-2), Getafe (1-0), Málaga (0-1)
y Albacete (3-1). Los de Oltra han sumado 1 de los últimos 21
puntos que han disputado y han marcado sólo un gol en cuatro
partidos.
En ese sentido, el delantero del Levante Sergio García, autor
del único gol de su equipo en la derrota sufrida ayer en el Carlos
Belmonte ante el Albacete (3-1), logró, con ese tanto, poner fin a
su sequía goleadora que se ha prolongado 545 minutos, según una
información que recoge la agencia Efe. El jugador logró su último
tanto en la goleada que su equipo le endosó al Osasuna el pasado 13
de marzo, en la vigésimo octava jornada de la Liga, al lograr el
cuarto y definitivo gol de su equipo en el minuto 63 de juego, por
lo que llevaba 56 días sin marcar.
Desde entonces, no sólo Sergio García no consigue anotar sino
que el Levante no ha ganado y sólo fue capaz de arrancar un empate
en Sevilla frente al Real Betis (2-2).
Por contra, el Mallorca amontona cuatro jornadas sin perder.
Logró frenar su dinámica perdedora ante el Valencia y
posteriormente fue capaz de ganar en Soria al Numancia. Una semana
más tarde, se impuso con solvencia al Espanyol en Son Moix y el
pasado sábado consiguió sumar un punto en Pamplona en un partido en
el que, durante muchos minutos, estuvo por delante. Los rojillos no
pierden desde el 10 de abril, ante el Zaragoza, justo cuando el
mallorquinismo empezó a creer que era el principio del fin. Ahora
todo se ve de otro color, porque las trayectorias son muy distintas
y porque el Levante desprende olor a cadáver.
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