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Javier García-Ochoa|BARCELONA
El finlandés Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes) se impuso ayer en el Gran Premio de España, en el que Fernando Alonso (Renault) finalizaba segundo, pero aumentaba su ventaja al frente de la clasificación del mundial, en una jornada inolvidable en la que el público, que abarrotó el circuito de Catalunya, no cesó de apoyar al piloto español. Al final de la prueba el rey Juan Carlos, que ya había tenido la oportunidad de hablar con Alonso a su llegada al circuito, abrazó al piloto español cuando éste subió al podio, en el que comentaron el impresionante aspecto de las gradas.

Fernando Alonso no pudo hacer nada frente a Kimi Raikkonen, que al volante de un McLaren-Mercedes que no ha cesado de mejorar en las últimas semanas, terminaba con el dominio de Renault en los cuatro primeros Grandes Premios. Nada hubiera sido mejor para que la fiesta fuese completa, que Alonso hubiese logrado su cuarta victoria consecutiva, pero la jornada fue redonda para los intereses del piloto asturiano, que incrementó su ventaja al frente de la clasificación del campeonato del mundo y puede ya comenzar a administrarla para conseguir su objetivo de ser campeón del mundo.

Una gran pancarta en apoyo de la candidatura de Madrid a organizar los Juegos Olímpicos de 2012, tapó la pista dos minutos antes de la salida, con el lema «Barcelona apoya a Madrid 2012». Alonso, que partía desde el tercer puesto de la formación de salida se deshacía del australiano Mark Webber (Williams-BMW) al darse la salida, pero no podía seguir el ritmo endiablado que imponía Raikkonen, después de que se neutralizaran las dos primeras vueltas al quedarse en sus puestos los Minardi.