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El triunfo ante el Athletic no ha suavizado los ánimos en la planta noble de Son Moix. El Mallorca sigue indignado por la configuración de la jornada y después de lo visto el pasado sábado en el Ciutat de Valencia, el enfado de los gestores bermellones ha crecido de forma considerable. Mateu Alemany cree que la liga está condicionada y reclamó ayer su turno de palabra para recordar que el club apurará todas las opciones legales que tiene a su alcance después de sentirse agraviado por lo ocurrido entre Barça y Levante.

«Lo que ayer -por el sábado- vimos es lo que habíamos anunciado durante toda la semana y por eso reclamamos que se unificaran los horarios. Hay que preservar el orden deportivo de la competición, ya que casos como éste le hacen un flaco favor al Mallorca y a la propia Liga», aseguraba Alemany. Según el presidente, el sábado se produjo «un incumplimiento del reglamento y lo hemos puesto en manos de nuestros abogados. A partir de ahora serán ellos los que lleven el tema», aclaraba.

Alemany abundó en que «se trata de un tema muy grave y vamos a defender nuestros argumentos hasta las últimas consecuencias. Tenemos todas las posibilidades de que nos den la razón porque se ha imcumplido el artículo número 64 del reglamento. La Federación Española tiene la obligación de unificar los horarios de los encuentros desde el momento en el que hay algo en juego y lo que pasó el sábado nos da la razón. Sin embargo, ahora quiero zanjar el tema porque serán nuestros abogados los que se encarguen de ello. Ahora sólo tenemos que pensar en nuestro próximo partido».

Además del tema estrella de la semana, Alemany destacó también el comportamiento de los seguidores mallorquinistas: «Vamos a sufrir hasta el final, pero hemos demostrado que sabemos sufrir. Nuestra afición se merece un diez porque siempre ha estado a nuestro lado, incluso cuando perdíamos. Eso no es nada habitual en los equipos que atraviesan por situaciones parecidas a la nuestra y tenemos que agradecerlo», concluía.

La plantilla también alzó la voz para criticar la diversidad de horarios de la jornada. Víctor Casadesús, que ayer se acomodaba en la primera plantilla tras conseguir dos de los goles del Mallorca, fue el más contundente: «El Levante-Barcelona me pareció una vergüenza por como se comportaron uno y otro. Estaba viendo el partido en la habitación del hotel con Tuni y Okubo y no dábamos crédito, no sabíamos que pensar. Es muy fuerte y creo que no hay derecho a que ocurran cosas como ésta», explicaba el delantero.

El de Algaida afirmaba además que después de lo visto en Valencia, «habrá que ver que pasa en las últimas jornadas. El Villarreal podría estar matematicamente en la Champions cuando juegue contra el Levante y tras lo del sábado, ya no sé que puede pasar», advertía el mallorquín.