El filial no puede permitirse más licencias. La visita del Alcalá
al Lluís Sitjar (18 horas) debe suponer un punto de inflexión en la
trayectoria del conjunto de Toni Cazorla, que precisa de tres
puntos vitales para seguir soñando con la salvación directa y
evitar la temida promoción o un descenso que puede cobrar forma si
los rojillos no suman un triunfo vital para sus cada vez más
limitadas aspiraciones. Los madrileños tampoco tienen excesivo
margen de maniobra. Defienden la cuarta posición y con ello una de
las plazas de liguilla de ascenso a Segunda A. También hay mucho en
juego, pero el tropiezo en Fuerteventura ha abierto una herida en
el seno de un Mallorca B que atraviesa una situación límite.
En caso de sumar un empate o una derrota, el futuro se
complicaría en exceso para el cuadro de Cazorla, que a falta de una
jornada, y dependiendo de los restantes resultados, podría
certificar su descenso o bien resignarse a pujar por la promoción,
un mal trago que sólo un triunfo ayudaría a evitar. La mala
dinámica de resultados que ha definido al Mallorca B en el presente
curso ha sido la desencadenante de una situación que puede poner
fin a una década de presencia en la categoría de bronce, con un
breve impás en Segunda División A.
Lo que hagan San Sebastián de los Reyes y Pájara Playas de
Jandía va a ser de notable importancia para conocer el futuro más
inmediato del filial bermellón, algo que pende de una serie de
circunstancias y combinaciones que parecen darle la espalda a un
Mallorca B resignado a su suerte y que se encomienda a un milagro
para seguir con vida y no echar por la borda una segunda vuelta en
la que ha habido momentos para la esperanza.
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