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F.Fernández
Al margen de destronar a Dani Pedrosa y cumplir la meta que se fijó, Jorge Lorenzo tiene una cita con la historia. Montmeló puede acabar de rubricar la notable colección de récords que posee en su breve pero dilatado currículo dentro del Mundial. Ayer volvió a tener la pole en el bolsillo. Durante todo el fin de semana fue el mejor del Gran Premio de Catalunya. Hasta que en el último minuto de la tanda, el campeón mundial exhibió su condición con un rodaje que le llevó hasta los 263,9 kilómetros por hora y parar el crono en 1:46.238, dejando a 379 milésimas a un Lorenzo que resta importancia al hecho y se remite a la carrera de hoy para dirimir su pulso con Pedrosa.

Mientras Dovizioso se iba por los suelos y su concurso es duda, Porto y De Puniet tomaban posiciones por detrás del tándem de moda. Todos dentro del mismo segundo, aunque la progresión de Dani resulta espectacular. Mejoró en un segundo y medio los registros del viernes, cuando se quejó amargamente de las nefastas prestaciones de su Honda. Lorenzo y Pedrosa tienen ante sí un reto de similares dimensiones. El catalán quiere consolidar su liderato al frente del Mundial. Jorge quiere meterle presión y arrebatarle el honor de ser el primer español que gana en Montmeló en el cuarto de litro. Pedrosa (2004) y Fonsi Nieto (2003) fueron segundos.

A Lorenzo se le presenta una ocasión única para lograr el registro del que Dani presume desde su irrupción en 250. Pedrosa es el piloto más joven en haber ganado un Gran Premio (Sudáfrica 2004) con 18 años y 202 días. El balear, con 17 días más, goza de un amplio margen de maniobra y hoy quiere establecer esa plusmarca. Este no es el único límite que ha pulverizado Lorenzo, la auténtica sensación del motociclismo español del momento. Su aparición en el Mundial (Jerez 2002) le convirtió en el piloto más joven en entrar el circo de las dos ruedas, con 15 años y un día, el límite mínimo fijado por la FIM.