TW
0

Cuando mejor pintaban las cosas para Jorge Lorenzo, la suerte esquivó al piloto en mejor forma del Mundial del cuarto de litro. Un fin de semana perfecto en Montmeló no merecía este epílogo, pero los sueños del mallorquín se fueron por los suelos cuando tenía el podio en el bolsillo. Fue un día para olvidar para el Fortuna Racing Team. A la caída de Lorenzo se unieron los problemas de un Héctor Barberá que había dominado la prueba en su primera fase. A Jorge le arrebató la pole Dani Pedrosa en el último minuto de los entrenamientos oficiales, pero en la salida, el embrague le jugó una mala pasada al campeón del mundo, pero Lorenzo quedó relegado al sexto puesto, para remontar posiciones con el paso de las curvas e incluso llegar a ser segundo. Pero en la undécima vuelta Alex de Angelis se salió de su trayectoria y al volver al interior de la curva Repsol, frenó y Jorge Lorenzo no pudo evitar el impacto. Ambos cayeron y el balear fue el peor parado. Lorenzo padeció una fractura doble de clavícula y fue trasladado de urgencia a la «Clínica Mobile» del circuito, donde el doctor Xavier Mir le diagnosticó fractura doble de la clavículz izquierda con una pequeña abertura. Para garantizar una rápida recuperación, se optó por operar de inmediato. Lorenzo fue ingresado en el Instituto Dexeus de Barcelona y ayer, tras más de dos horas, se le insertó una pequeña placa de titanio de última generación y así se redujo la lesión. De todas formas, su concurso de cara al Gran Premio de Holanda, dentro de dos semanas, está en el aire. «Somos optimistas, pero debemos esperar 48 horas para saber cómo evoluciona la lesión y saber si puede empezar a trabajar enseguida, pero lo importante es que está bien», explicaba el director del equiop Fortuna Rácing, Dani Amatriain, presente junto a los padres de Jorge en el centro hospitalario.

Por su parte, Chicho Lorenzo, padre del piloto, no podía esconder que fueron momentos de tensión los posteriores al accidente, afortunadamente sin consecuencias, de la gran sensación de la temporada en el cuarto de litro. «No se veía por televisión pero me di cuenta que faltaba Jorge en las tablas de tiempo, y me fui a la clínica a esperar noticias. No pude ver la repetición. Los padres queremos ver si el piloto se levanta y es lo que nos preocupa. Si vemos que se queda tirado, entra la ansiedad», explicaba Chicho, quien recuerda que su primogénito tiene ganas de tomar parte en el Gran Premio de Holanda. «¿Podré ir a Assen?», le preguntó Jorge al doctor Mir. Con este dato, quedan claras las intenciones del mallorquín. «Todos los deportistas quieren competir y les da fuerzas, y hace que las lesiones se curen antes que en una persona normal», añadió Chicho.