Adrián R. Huber|INDIANÀPOLIS
Michael Schumacher (Ferrari) ganó el Gran Premio de Estados Unidos,
en el que todos los pilotos de los equipos que llevan neumáticos
Michelin decidieron retirarse por motivos de seguridad tras dar la
vuelta de formación. Schumacher ganó por delante de Rubens
Barrichello, una carrera esperpéntica en la que sólo rodaron seis
coches, los dos de Ferrari, más los Jordan del portugués Tiago
Monteiro y de Narain Karthikeyan; y los Minardi del holandés
Christijan Albers y del austríaco Partick Friesacher, quinto y
sexto. A esto quedó reducida la parte deportiva del Gran Premio de
Fórmula Uno, si es que así se puede catalogar lo sucedido en la
legendaria pista de Indianápolis, en la que la mayoría del público
se sintió defraudado ante el lamentable espectáculo que acabaron
presenciando los que no optaron por marcharse a poco de arrancar la
prueba.
Fórmula uno
A Schumacher le sale un día redondo
El alemán rubrica la jugada maestra de Ferrari y Bridgestone en el Gran Premio de la vergüenza
20/06/05 0:00
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