Bernardo Mateu nació el 9 de setiembre de 1930 en Inca, sólo
seis años antes de que el 24 de febrero de 1936 fusilaran a su
padre, Antonio Mateu Ferrer, que fue Alcalde de Inca durante la
República. Este hecho no sólo traumatizó a Bernardo, sino que
condicionó su vida para siempre, ya que en compañía de su madre se
fue a vivir con el abuelo paterno. Un señor de costumbres
estrictas, que buscó encauzar su vida a través de los estudios y el
trabajo antes que del fútbol. Porque Bernardo Mateu tuvo en 1954
una oferta del Hércules de Alicante, entonces en Primera División,
pero el abuelo impidió el fichaje porque «Alicante estaba demasiado
lejos».
Así fue como Bernardo Mateu vio truncadas sus aspiraciones de
llegar a figura del fútbol en la máxima categoría. Algo que por
méritos se había merecido.
Bernardo Mateu hizo sus primeros pinitos futbolísticos en el
Liceo Español de Palma y mas tarde en el Sallista de Inca.
Enseguida comenzó a resaltar por su físico y por su juego, por lo
que tanto Mallorca como Atlético Baleares, que aquella temporada
1951-52 estrenaban rivalidad en Segunda División, comenzaron a
disputarse su fichaje. Fue la primera vez que Bernardo no obedeció
a su abuelo, ya que éste quería que se fuera al Mallorca, pero el
jugador tenía mas simpatías por el once de Son Canals y al final se
inclinó por el Atlético Baleares. El once blanquiazul era de armas
tomar. Un equipo de lujo, cuajado de gente que triunfaría en
Primera División, como el meta Rafael Piris, de Artá, que se fue al
Granada; el también meta Tomeu Antich, que llegaría a ser campeón
de Primera División en Venezuela con el Banco Obrero; Marroig, que
triunfó en el Valencia y Deportivo de la Coruña. O el mismo Jaime
Alorda, que no jugó en la élite, pero ascendió a Primera División
con la U.D. Las Palmas. Un once blanquiazul, en suma, con
futbolistas que ya habían estado en Primera División, caso del
menorquín Germán, que procedía del Alcoyano tras varias temporadas
en el Constancia, o caso de José Simonet, que había pertenecido a
la plantilla del Real Madrid.
En 1954, frustrado su fichaje por el Hércules, Bernardo Mateu
volvió a Inca y fichó por el Constancia. Antes de colgar las botas,
con 28 años, jugó en el Manacor. Luego se puso a trabajar: era
concesionario de Renault en Inca.
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