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Carlos de Torres|NOIRMOUTIER
El estadounidense David Zabriskie, un joven de 26 años del CSC y ex del US Postal, ganó la contrarreloj inaugural del Tour 2005 y batió el récord de velocidad al rodar a 54,676 por hora en los 19 kilómetros de recorrido, en una jornada en la que su compatriota Lance Armstrong despegó como un cohete y puso a más de un minuto a todos sus rivales. El vencedor de la cronometrada del pasado Giro en Florencia fue el único que resistió a la máquina Armstrong, y lo hizo a la velocidad del rayo. Se apuntó a la historia desbancando a otro americano, Greg Lemond, quien en 1989 rodó a 54,545 por hora entre París y Versalles. Evitó que su compatriota de Texas humillara aún más a sus rivales, aunque el destrozo fue considerable. Zabriskie aventajó en 2 segundos a Arsmtrong y en 53 a Alexander Vinokurov, el único con etiqueta de favorito que salvó la cara en el primer asalto. El primer español fue Igor González de Galdeano, décimo a 1.06 minutos. En la esfera de favoritos, Jan Ullrich pasó el peor trago al verse doblado por Armstrong a 3,5 kilómetros de meta, aunque salió un minuto después y encajó respecto al «boss» la primera en la frente: 1.06. Su caída del día anterior entrenándose fue como una premonición.

El italiano Ivan Basso, tercero en 2004, se fue al hotel con 1.24, el colombiano Santiago Botero con 1.28, el campeón mundial de la especialidad, el australiano Michael con 1.51, Rogers, Kloeden, segundo el año pasado cedió 1.58 y en el apartado de los españoles el golpe tampoco fue pequeño. Joseba Beloki se dejó en el viaje junto a la costa Atlántica 2.04, y así hasta los 2.20 de Heras, los 2.24 de Alejandro Valverde, Mancebo se despeñó a 2.31 y Mayo a 3.15. En 19 kilómetros demasiado descalabro para un corto viaje que marcó más diferencias de las esperadas, por la cantidad y por la demostración del séxtuple vencedor del Tour.

Y es que Armstrong, que empezó con mal pie porque se le salió del pedal en la salida, si ha venido es para hacer las cosas grandes que acostumbra, no es un corredor de cumplir trámites absurdos. Marcó el mejor tiempo en el kilómetro 4,1 con 16.47, el segundo registro en el 9 a 3 segundos de Zabriskie y en meta no pudo echar el guante a su ex compañero. El texano despejó dudas. Está en forma y aparenta ser el de años anteriores, para temor del Tour, que vería con cierto agobio una séptima exhibición del líder del ahora Discovery. Y es que sus rivales, los de la nutrida oposición, los del frente anti Arsmtrong, no aparecieron en el primer debate y ya cargan con una deuda de tiempo que deberán limar. Pero «¿donde, quien y cómo?, esa es la pregunta que quedó en el aire tras el primer acto de la Grande Boucle. Entre el colectivo español se salvaron algunas actuaciones meritorias, como la de Igor González, que vuelve a un alto nivel. José Enrique Gutiérrez (Phonak), fue decimotercero a 1.13 y José Luis Rubiera, precisamente sin montaña, solo perdió 1.06.