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Palma e Inca no quieren dejar pasar la oportunidad de subirse al tren que cazó en el último instante el Menorca y dar el salto de calidad que supone el acceso a la mejor liga del continente. La ACB no está tan lejos ni de Ciutat ni de la capital de es Raiguer, y los proyectos de Palma Aqua Mágica y Drac Inca son el claro exponente de que la cosa va muy en serio. Dentro de una LEB cuyo nivel crece de modo exponencial con el paso de las temporadas, los dos representantes mallorquines son dos de los grandes animadores de un mercado plagado de ilustres. Lleida y Tenerife, descendidos, Murcia o CAI se encargan de dar mayor lustre a la competición. Técnicos del currículo de Gustavo Aranzana, Alfred Julbe o el mismísimo Manel Comas dan fe de las ambiciones que se acumulan.

Entre los fichajes más sonados, Terrence Stewart (CAI) o Mike Lenzly (Tenerife). Muchos jugadores con cartel ACB están en las agendas de los clubes. Es el caso del mallorquín Pedro Llompart (Murcia), Jaume Comas, Nico Gianella y Berni Tamames (Lleida), Rodrigo San Miguel (Plasencia) o José Luis Galilea. Pero si ha habido dos nombres propios que han querido dinamitar en dos momentos diferentes el mercado esos son los del Palma Aqua Mágica y Drac Inca. Los primeros coparon la atención del mundo de la canasta al oficializar el regreso del baloncesto de élite a Ciutat.

Conscientes del desafío, Miquel Ramis y Guillem Alomar se apresuraron a perfilar el plantel profesional. Resisten Israel Pampín, Raúl Mena y Iker López, pero pronto llegaron los primeros nombres propios. Robert Battle y Shalawn Miller eran la pareja interior elegida por Doce. El primero arrasó en Argentina y fue elegido en siete ocasiones mejor jugador de la jornada. El ex del Valls brilló con luz propia la pasada temporada y fue uno de los artífices demilagro del club catalán.