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El más serio tropiezo del Real Mallorca 2005/06 ha levantado ampollas en el banquillo. Su inquilino, Héctor Cúper, ya ha mostrado públicamente el malestar que le invade después de que sus hombres claudicaran en la semifinal de la Copa Illes Balears frente a la Peña Deportiva Santa Eulàlia y en la tanda de penaltis. Una derrota de pretemporada sin justificación por encontrarnos a una semana para el arranque de la Liga y cuya dimensión se magnifica si se tiene en cuenta la entidad de un rival que será uno de los referentes del grupo balear de la Tercera División.

Un mundo tercia entre ambos conjuntos, pero los once metros acabaron por inclinar la balanza hacia el costado el teoría más débil, y de paso acabaron por crispar a un Héctor Cúper que tras noventa minutos de juego observó con tensión como sus hombres, sus profesionales del balón, no conseguían perforar la meta de Roberto y con ello alimentaban un desenlace que llegó.

Éste desató las iras de un Cúper molesto con la plantilla y que cargó con dureza contra sus hombres. Algo poco común en el preparador de Chabás, quien no tuvo reparos en definir la labor del Mallorca como lo peor que podía haber visto. «Más mal no se pudo hacer, es para olvidar», sentenció un Héctor Cúper tremenmdamente molesto con la intensidad mostrada por el bloque y la actitud exhibida en un partido de carácter preparatorio, pero que supone el último test antes de verse las caras con el Deportivo en Son Moix. Entonces, a buen seguro, las cosas cambiarán y ya no habrá excusas.