Se ha pasado la mitad de la temporada jugando sobre tierra
batida y Rafael Nadal se ha encontrado con un tenis demasiado
defensivo para afrontar los torneos de pista rápida. Consciente de
sus limitaciones ha aprovechado su prematura eliminación en el US
Open para realizar unos pequeños retoques. Especialmente en su
mentalidad. Su tenis es mucho más ofensivo, lo que ayer le permitió
recuperar un partido que se había puesto cuesta arriba. Nadal se
encontraba por tercera vez esta temporada con Guillermo Coria en
una final -el mallorquín le había ganado en Montecarlo y Roma- y el
argentino se empleó a fondo en la primera manga para conseguir
doblegarle.
El partido recordaba a un duelo sobre tierra batida pese a que
se jugara en pista rápida. Los intercambios eran largos y el
encuentro muy equilibrado. Rafael Nadal se desgastaba con potentes
golpes liftados desde el fondo de la pista y Guillermo Coria
utilizaba su inteligencia para tratar de adelantarse a las jugadas
y cobrar ventaja. En este duelo, el argentino fue el primero en
golpear. Tras llegar a 5-5, un break del sudamericano decantaba el
primer parcial a su favor (5-7) y le permitía cobrar una ventaja
preocupante ya que el duelo debía resolverse al mejor de tres
sets.
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