Calderón penetra a canasta ante la oposición de Mamic en un lance del partido.

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ESPAÑA10 0
CROACIA8 5

ESPAÑA (11+14+30+18+28):Calderón (10), Navarro (36), Jiménez (4), Reyes (4), Garbajosa (14) -cinco inicial-, Fernández (4), Vázquez (26), Vidal (0), Iturbe (0) y Cabezas (3).

CROACIA (18+15+20+20+12):Planinic (2), Giricek (17), Mamic (8), Kasun (8), Vujcic (5) -cinco inicial-, Popovic (15), Bagaric (2), Ukic (15), Prkacin (6), Zizic (4) y Tomas (3).

Arbitros: Lamonica (ITA), Davibrosky (UKR) y Dovidavicius (LTU). Excluyeron por personales a Giricek (m.45). Señalaron dos técnicas al banquillo croata (m.45) y una tercera a Popovic (m.45).

Jorge Muñoa|BELGRADO

Juan Carlos Navarro y Fran Vázquez metieron a España en las semifinales del Europeo 2005 -donde el rival es Alemania el sábado a las nueve de la noche- y sellaron el pasaporte para el Mundial 2006 en la prórroga de un partido que Croacia, probablemente, jamás hubiera podido ganar.

España tiro 49 tiros libres y metió 38; Croacia lanzó 12 y consiguió 8. A partir de ahí, sucedieron muchas cosas, pero los croatas sólo explotaron cuando ya no aguantaron más, cuando sufría las últimas convulsiones. Entonces le cayeron dos técnicas. En el global, 14 faltas españolas y 37 croatas tras el periodo añadido.

Rusia, Lituania y Eslovenia vieron la eliminatoria hispano-croata fuera de la ronda por las medallas. El 'síndrome de los primeros de grupo' también atenazó a España durante mucho tiempo a pesar de tenerlo todo a favor alrededor suyo, desde el público serbio y esloveno, masivamente volcado a favor del rival de Croacia -el que hubiera sido-, hasta las coreografías de las animadoras, inspiradas en la opera Carmen de Bizet.

También dentro de la pista encontró ayudas la selección española y, sin embargo, lo pasó fatal hasta el último respiro. Uno de los mejores jugadores del equipo ajedrezado, el pívot de Orlando Magic (NBA) Mario Kasun quedó fuera del partido por problemas físicos a los cinco minutos de juego, cuando ya había anotado ocho de los trece primeros puntos croatas (13-6); el poste del Maccabi Tel Aviv israelí Nikola Vujcic cargó con la tercera falta a cuatro minutos del descanso y, más aún, Dalibor Bagaric, la otra torre rival, también había cometido la tercera nada más arrancar el segundo cuarto. La mayor fuerza croata, el rebote, tocado de ala de salida.

Pero la España que salió a la pista del Belgrado Arena fue demasiado rato una extensión de la que jugó contra Israel el último partido de la primera fase en Novi Sad, no el equipo machacón del debut ante Serbia y Montenegro. La maldición de los líderes de grupo se cebó con el equipo nacional y le tocó pasar un calvario por los reducidos porcentajes de tiro, paupérrimos en la primera mitad.

La selección de Mario Pesquera bailó al ritmo marcado por Croacia por su mala estadística, aunque también por un temor profundo que le arrebató cualquier atisbo de velocidad hasta que se vio con el agua al cuello. Las posesiones chocaban siempre contra una defensa que había tenido tiempo de organizarse, que esperaba situada y forzaba a España a jugar ataques posicionales.

Croacia ni siquiera necesitó desarrollar un baloncesto brillante para adquirir diferencias de vértigo para unos cuartos de final continentales (6-18 m.8). Sus porcentajes también enseñaban números discretos. De otra manera, habría abierto una brecha demoledora chascando los dedos. Pero no lo hizo.

Y no lo hizo pese al colapso español, tan profundo que dejó vivos a los croatas con una diferencia de faltas abismal al término del primer tiempo: seis sobre España y catorce sobre los chicos de Neven Spahija. Todo por los lanzamientos fallados en la primera mitad: 5/16 de dos, 2/11 de tres y 9/14 desde la línea.

Eso supuso un parcial al intermedio de 25-33 tras un triple de Marko Popovic al límite de la bocina. La selección española se estaba suicidando, pero la croata también. La croata porque permitió que la ventaja le nublase la vista. Encajó sin arquear una ceja la baja de Kasun, la catarata de faltas, la cuarta de Vujcic a los 34 segundos del tercer cuarto y todo lo que le cayo encima.

Brillante

Así es muy difícil que tu rival te perdone la vida. España, como es lógico, actuó de muy distinta manera. Tomó buena nota de todas y cada de las cosas que ocurrían y, por fin, se sacudió la tensión y empezó a jugar. Para sobrevivir hasta ahí hubo un hombre vital: Fran Vázquez. Chapeau para el pívot gallego, que firmó veintiséis puntos. Al cabo de veinticinco minutos las adversidades y la mejoría española cambiaron el signo del marcador. Juan Carlos Navarro, autor de 36 tantos, firmó la primera ventaja de España con 42-40. La estiró hasta cinco puntos (49-44 m.28) mientras la lluvia de personales azotaba al cuadro de Spahija. A siete minutos del final, después de que Roko-Leni Ukic anotara un nuevo triple sobre el límite del tercer corte (55-53), el margen de faltas daba miedo. España cargaba con diez. Croacia con veinticinco.

Bien, pues ni las faltas, ni la baja de Kasun, ni el largo paso de Vujcic por el banco, ni la pérdida de Zoran Planinic, ni el abismo de personales. España no resolvía el partido. Faltaban poco más de dos minutos y Croacia vivía y dominaba (65-68).

Había dieciséis puntos más para el equipo nacional por medio de los tiros libres que para los croatas (21/31 por 5/8) y, sin embargo, todo tuvo que decidirse en el minuto final, que arrancó con 68-68 tras canasta de Vázquez. Matej Mamic y Gordan Giricek clavaron un lanzamiento y dos tiros libres (68-72). Tiempo muerto obligado.

La semifinal se le iba de las manos a España, pero anotó por medió de Vázquez (70-72), hizo falta a Marko Tomas (70-73), apretó hasta 71-73 con tiro libre de Navarro y el pívot gallego aprovechó un regalo de Giricek, que perdió el rebote del lanzamiento desde la línea del escolta barcelonista, para forzar la prórroga tres segundos por delante del final.

El tiempo añadido desató un intercambio de canastas. Vázquez convirtió la única posesión concedida sin acertar previamente y despejó el camino hacia semifinales, que se terminó de aclarar con cuatro libres más de Navarro producto de la única queja croata de la noche. Luego vinieron tres técnicas sobre los croatas, hartos ya de todo. Lo cierto, la práctica, es que España va al Mundial de Japón.