DRAC INCA (18+23+16+22):Marc Blanch (5), Rod Brown (7), Antonio Reynolds (10), Anthony Stacey (14), Rogelio Legasa (4), -cinco inicial- Alberto Alzamora (2), Sergio Rodríguez (6), Joan Riera (8), Isma Torres (4) y Alberto Ruiz de Galarreta (19).
18 de 37 en tiros de dos puntos, 11 de 21 en triples y 10 de 14 en tiros libres. 31 rebotes (19 defensivos y 12 ofensivos) y 26 faltas personales.
LA PALMA (23+20+22+12):John Floyd (16), Edu Sánchez (4), Jon Cortaberría (14), Steven Edwards (20), Roy Kruiswijk (5).
16 de 32 en tiros de dos puntos, 9 de 14 en triples y 18 de 25 en tiros libres. 21 rebotes (16 defensivos y 5 ofensivos) y 20 faltas personales.
Àrbitros:Sánchez y Feixas (Cataluña). Sin eliminados. Castigaron con técnica al entrenador local y con antideportiva a Antonio Reynolds.
Fernando Fernández
Seis años después, el Drac Inca comenzó la temporada con una sonrisa. Algo que los colegiados estuvieron a punto de frustrar con un cúmulo de surrealistas determinaciones en el tercer cuarto. Pero la muñeca de Galarreta y la capacidad de liderazgo de Anthony Stacey dieron un vuelo al sino del cuadro de es Raiguer, acostumbrado a tropezar en su puesta de largo oficial. Fue en el mismo escenario de la última gesta -temporada 99/00 ante el todopoderoso Granada- y ante uno de los más incómodos rivales que la parte intermedia ofrece: La Palma.
Son los de Rafa Sanz un bloque cargado de experiencia en la pintura y que bajo la batuta de Edu Sánchez se desenvuelve con soltura. Dos triples de inicio de Stacey y Blanch les dejaron claras las intenciones de los inquers, pero John Floyd se encargó de rubricar la escalada canaria (10-18). Sergio Rodríguez volvió a aparecer y por partida doble desde 6,25, pero no era suficiente. Floyd le ganaba la partida a un Reynolds que cumplió en el rebote, pero puede ofrecer mucho más. Igual que un Rod Brown que impartió un clínic sobre cómo asistir, pero fue Joan Riera el que le dio un aire de frescura al Drac Inca.
Crisis
La irrupción en pista del base mallorquín ofuscó por completo a Rafa Sanz y sus hombres. Un parcial de 7-0 devolvía el equilibrio al electrónico (28-28) e instantes después, Brown ponía por delante al Inca (41-39). La tercera falta de Stacey parecía condicionar el rendimiento local, y Floyd quiso poner la guinda con una canasta sobre la bocina que dejaba por debajo al Inca al descanso (41-43).
El regreso del vestuario sirvió para desquiciar al Drac Inca y cargar su casillero de faltas. De ello se encargaron los colegiados. La antideportiva a Reynolds y la técnica al entrenador balear, unidas a dos triples consecutivos de Cortaberría, dejaban en coma a los guadinegros (53-62).
Virgil, además, hacía de las suyas y al Inca no le salían las cosas. Hasta que surgió la figura de Alberto Ruiz de Galarreta. Nueve abajo (57-66) estaba el Inca a falta de diez minutos para el final y un dos más uno del alero y el primero de una larga serie de triples (4 de 4) neutralizaron la renta canaria. Stacey se unió al festival desde la larga distancia y el propio Galarreta acabó por cavar la tumba de La Palma (71-69). Desde ese momento, los de Sanz no volvieron a ser los mismos. Sólo Floyd daba señales de vida y Galarreta seguía torpedeando la línea de flotación del rival. A veintisiete segundos, Floyd empataba (77-77) y en una jugada de lucha, de las que le definen, Isma Torres conducía el balón hasta el aro. Restaban un segundo y siete décimas y una nueva oportunidad para La Palma. Tres tiempos muertos alargaron su agonía y permitían regresar a la LEB con buenas noticias para la parroquia inquense.
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