Apenas han transcurrido 72 horas desde que bajó el telón el Mundial
2005 y varias de las figuras de las dos ruedas que han cambiado su
montura ya han vuelto a ponerse el mono de trabajo. Sete Gibernau,
Toni Elías, Dani Pedrosa... fueron muchos los que pusieron a prueba
su adaptación a sus recién estrenadas motocicletas y Jorge Lorenzo
uno de los que sacó mayor rendimiento a su estancia en el trazado
de Cheste marcando 1:38.9, aunque bien es cierto que su compañero
de equipo, el valenciano Héctor Barberá, obtuvo un registro
sensiblemente mejor.
Los dos integrantes del equipo Fortuna Racing fueron junto a Marco
Simoncelli los únicos pilotos de 250cc que empezaron a prepararse
en la capital del Turia, donde los corredores de MotoGP coparon
buena parte de los focos.
La experiencia a los lomos de una Aprilia no es nueva para el
mallorquín. Antes de irrumpir en el Mundial de velocidad sobre una
Derbi y con sólo 15 años, Lorenzo ya demostró su buen hacer en las
categorías de formación que alimenta su nueva firma.
«Ha ido muy bien, la moto es muy diferente», valoró el piloto
mallorquín, que también analizó que «quizás corre más en alto y
tiene un poco menos de aceleración, pero es más estable en las
curvas y es una característica que me gusta más y que va mejor a mi
pilotaje».
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