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Albert Orfila / Carlos Montes de Oca
El Mallorca quiere modificar esky line de Palma. Y lo quiere hacer a lo grande, con un proyecto descomunal que alterará el perfil de la ciudad y que convertirá los aledaños del estadio de Son Moix en el corazón de Ciutat. Todavía se encuentra en fase de ejecución, a punto de ser presentado al Ajuntament de Palma, pero sobre la mesa del presidente aparece un edificio singular, un rascacielos que cambiará el urbanismo. La torre Son Moix es la piedra angular del sueño de los gestores del club, que ofrecerán a Cort los títulos de propiedad del estadio Lluís Sitjar a cambio de levantar un centro comercial en el actual parking de Son Moix, tal y como publicó Ultima Hora en su edición del pasado 22 de junio. Al estilo de la recién inaugurada Torre Agbar de Barcelona, pero con un acabado más rectangular, la SAD balear pretende edificar una torre de entre 20 y 30 plantas y casi 100 metros de altura, que se convertiría en la referencia urbanística de la Isla y en el rascacielos de toda Balears. No será sólo una torre. Habrá viviendas, oficinas, un mirador desde el que se observará una postal privilegiada de Mallorca y un restaurante giratorio en su último piso similar aThe View, situado en la planta 47 del hotel Marriott Marquis de Times Square y visita obligada para los millones de turistas que acuden cada año a la Gran Manzana.

Precisamente el reclamo turístico es uno de los objetivos que persigue la entidad balear con este ambicioso proyecto. Los gestores comienzan a darse cuenta de que la estructura del fútbol tiene la solidez de un castillo de naipes y se han lanzado a la búsqueda de nuevas vías alternativas de financiación. Para generar esos ingresos ordinarios que permitan dar el salto cualitativo, el nuevo consejo ha trazado las líneas maestras de un proyecto ambicioso que convertiría el estadio de Son Moix en un centro de ocio de primera magnitud. El proyecto ya está sobre la mesa del Estudio Lamela, la mayor firma de arquitectura española, que ha sido responsable de la Nueva Ciudad Deportiva del Real Madrid, la Cubierta y Fachada Este del estadio Santiago Bernabéu o la Nueva Àrea Terminal del Aeropuerto de Madrid Barajas.

El plan de Grande consta del edificio Son Moix como principal atracción, un parking subterráneo de dos plantas y un gran centro comercial con el que se pretende obtener fuentes de ingresos alternativas que propicie el relanzamiento de la entidad. Para que la operación fructifique, el club balear debe solucionar uno de los contenciosos más complejos de la historia de la entidad: el futuro del Lluís Sitjar. La intención del Real Mallorca, al menos durante la etapa de Mateu Alemany en la presidencia, pasaba por desprenderse de cualquier tipo de lazo que le uniera al viejo terreno de juego de Es Fortí. Con la llegada a la presidencia de Vicenç Grande se abrió una nueva época en las conversaciones con la Asociación de Copropietarios, que representa a una porción notable de los 666 títulos de propiedad existentes sobre la instalación, aunque el Mallorca posee cerca de 190 títulos.