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La torre Son Moix genera debate. La noticia publicada ayer por Ultima Horasobre el deseo del presidente del Mallorca, Vicenç Grande, de construir un rascacielos de 100 metros de altura en el actual párking de Son Moix, provocó una polvareda de proporciones notables entre políticos y técnicos de Balears. Desde el president del Govern, Jaume Matas, hasta la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, pasando por el portavoz socialista Antoni Roig o el presidente del presidente del Col·legi Oficial d'Arquitectes de les Illes Balears (COAIB), Luis Corral, valoraron el plan de la SAD balear que pretende modificar esky line de Ciutat. El Real Mallorca ha activado un plan que le permita dar un salto cualitativo, convertir Son Moix en el corazón de Palma y la torre en una de las referencias urbanísticas de toda la Isla. Catalina Cirer, que recibirá el proyecto sobre su mesa en los próximos días, está a la espera de estudiar la viabilidad del proyecto para definirse en un sentido u otro, aunque le augura un proceso largo y complicado. La primera edil manifestó que, a pesar de su mallorquinismo y de sus buenas relaciones que le unen con Vicenç Grande, no adoptará nunca ninguna decisión que pueda perjudicar a los ciudadanos de Palma.

El Govern, a través de su presidente Jaume Matas, se ha mostrado dispuesto a escuchar la propuesta de Grande, mientras que el PSOE, mediante su portavoz Antoni Roig, exigió ayer al Ajuntament de Palma que estudie el impacto y las consecuencias que podría tener para la ciudad la construcción de la torre. El boceto de este ambicioso proyecto se encuentra en el prestigioso Estudio Lamela, la mayor firma de arquitectura española, que están ultimando el anteproyecto antes de que éste sea presentado de manera inmediata al Ajuntament de Palma para su estudio.

Para que el plan fructifique, el club balear debe seguir algunos pasos y despejar algunas incógnitas. El hecho de que el suelo del párking del estadio de Son Moix sea municipal es una de las principales trabas, que la SAD balear pretende superar con la permuta de títulos que la Fundació Reial Mallorca tiene del estadio Lluís Sitjar, una opción que Cort ve con buenos ojos.