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Había dicho que quería volver al top ten y que su primer objetivo era llegar bien al Open de Australia. A Carlos Moyà perder jerarquía en el tenis mundial no le había sentado bien y después de un año azotado por las lesiones quería volver a instalarse entre los grandes. En la primera semana alcanzó la final en Chennai, hoy se estrena en Sydney y ya tiene en el punto de mira el primer Grand Slam del curso. En las dos ediciones anteriores del Torneo de Chennai, Carlos Moyà había salido triunfador, pero este año había viajado a La India con otra meta. Ganar no era una prioridad. El balear sabe que para escalar en el ránking es preciso rendir en las citas importante y su único objetivo era ir ganando ritmo de partido y confianza pensando en Melbourne. Pero esa tranquilidad supuso la mejor receta para volver a mostrar el nivel de un top ten. Alcanzó la final después de superar a especialistas como Radek Stepanek y tuvo contra las cuerdas a Ivan Ljubicic, una de las revelaciones de la temporada 2005 y uno de los jugadores más en forma en estos momentos.

Tras jugar la final en Chennai, Moyà emprendió viaje hacia Australia para jugar esta semana en el Torneo de Sydney. Es una cita en la que comienzan a aparecer los mejores jugadores y el mallorquín ha entrado en el bombo sin salir como cabeza de serie. No ha tenido demasiada fortuna en el sorteo ya que va a tener que medirse en la primera ronda con el francés Sebastien Grosjean, un rival muy complicado en pista rápida. Eliminar al tenista galo no le va a permitir relajarse lo más mínimo ya que en octavos de final espera James Blake, jugador estadounidense que eliminó a Rafael Nadal en el pasado US Open y que después de pasarse mucho tiempo lesionado ha regresado con un nivel envidiable. En el cuadro de Sydney hay rivales de la entidad de Hewitt, Davydenko o Stepanek.

Pero Sydney tampoco es una cita que obsesione a Moyà. Es una buena oportunidad para calibrar el estado de su tenis, aunque hasta la semana que viene no llega la primera gran cita. El Open de Australia es un torneo que además le puede venir bien al mallorquín. La pista es lenta y el bote es alto, justamente las condiciones que mejor se adaptan a su juego. No sería una sorpresa que Carlos Moyà cosechara un buen resultado en el Melbourne Park. De hecho se dió a conocer al mundo alcanzando la final en el Open de Australia. Ahora que quiere volver a estar en el top ten es una buena ocasión de volver a liarla.