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El Mallorca ha acelerado las gestiones para enriquecer su plantilla. Una vez roto el hielo del mercado invernal con la llegada de Leonardo Pisculichi, el club balear pretende reforzar los muros de su defensa y obtener munición con la que paliar su déficit ofensivo. A la hora de apuntalar la zaga, la entidad tiene muy bien encaminada la contratación del defensa portugués Beto, aunque la operación está supeditada a que se reduzcan las diferencias que existen a día de hoy con el Sporting de Lisboa. En lo que respecta al jugador atacante, la entidad isleña está peinando el mercado -principalmente el europeo- a la espera de dar con un futbolista comunitario que se adapte al perfil que busca ahora mismo el conjunto rojillo, pero las opciones en este sentido siguen siendo escasas y el rastreo se intensificará a lo largo de esta semana.

Mucho más avanzadas están ya las negociaciones con Roberto Deus Severo, Beto, (Lisboa, 1976), con el que el Mallorca ya tiene practicamente cerrado un acuerdo para que vista de bermellón en la segunda vuelta de la Liga. El central portugués ha salido sorprendentemente de los planes del técnico José Peseiro y ha reducido de forma notable su cuota de protagonismo en el conjunto verdiblanco, con el que unicamente ha disputado ocho partidos esta temporada. El jugador, que el próximo mes de mayo cumplirá 30 años, no está dispuesto a seguir en un segundo plano y tiene la intención de probar fortuna en el fútbol extranjero, ya que toda su carrera se ha desarrollado en el balompié luso. De hecho, el defensa ya tiene apalabradas las condiciones del contrato que le uniría al Mallorca y está a la espera de que las conversaciones entre clubes fructifiquen para preparar las maletas y desembarcar en el campeonato español.

El fichaje de Beto supondría todo un salto de calidad para la plantilla mallorquinista, que vería incrementada su nómina de centrales con uno de los defensas más experimentados del escaparate portugués. Beto acumula un extensa experiencia internacional en las más de diez temporada que lleva incrustado en la elite y puede aportarle al equipo una serenidad que ultimamente escasea sobre el césped de Son Moix. Sus más de 30 internacionalidades con la selección absoluta del país vecino y su participación en el Mundial de Corea y Japón (2002) o en las Eurocopas de Holanda y Bélgica (2000) y Portugal (2004) son toda una garantía para la SAD isleña, que ha visto en el lisboeta al hombre más indicado para completar la línea más retrasada del once.