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Adrián Peralta (Ezeiza, Buenos Aires, 1982) consume sus últimas horas como mallorquinista sin descuidar el trabajo que se lleva a cabo estos días en Son Bibiloni. El futbolista argentino, que le ha tenido que ceder su plaza de extracomunitario a su compatriota Leonardo Pisculichi, está obligado a buscar una alternativa al club bermellón si no quiere quedarse en blanco durante lo que resta de temporada. Ayer conoció oficialmente la decisión del club de dejarle sin ficha de boca del propio Cúper y a partir de hoy se centrará en aclarar cuanto antes su futuro inmediato. EKily, que quiere aprovechar ese impás para cargar las baterías y ponerse a punto fisicamente, insiste en que no está dispuesto a marcharse cedido a ningún club de Segunda división y espera que el Mallorca respalde su postura: «Tendrán que respetar mi decisión igual que yo he respetado la suya», subraya.

«Emíster habló conmigo -relata Peralta- y me comunicó lo que había. Es una decisión me duele porque sólo he tenido cinco meses para mostrar mi juego y las cosas no me han salido bien. El club hizo una gran inversión a la hora de ficharme el pasado verano y yo vine a la Isla con la idea de trabajar y lo único que tengo claro ahora es que estoy muy tranquilo y que voy a seguir trabajando hasta que encuentre una salida que me convenga». Peralta asegura que «no me han dado demasiadas explicaciones sobre la situación, pero me dijeron que como había muchos jugadores ofensivos el descarte iba a estar entre Okubo y yo y al final me ha tocado a mi. En cualquier caso, sigo perteneciendo a esta entidad y a partir de ahora tendré que ver cuales son las opciones de las que dispongo».

El futbolista, que se ha marcado un plazo de una semana para encontrar un nuevo punto de destino, asegura que la falta de adaptación a las exigencias del campeonato no ha sido lo único que ha jugado en su contra: «Se ha hablado mucho de mis problemas de adaptación, pero yo creo que para solucionarlo lo mejor hubiera sido que continuara en el Mallorca. Ahora tengo que marcharme, integrarme en otro equipo, trabajar con nuevos compañeros... Y todo eso sin que nadie te garantice la titularidad. Lo más acertado hubiera sido seguir hasta el mes de junio y después ya se podría valorar si me he adaptado a no». Peralta añade que «todo el mundo sabe que a los sudamericanos nos cuesta aclimatarnos a la Liga, pero a mí no me han dado tiempo para que lo hiciera», reclama.