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El de ayer fue uno de los días más largos en la dilatada trayectoria de Toni Tauler. El ciclista de Santa Margalida fue despertado bien pronto por los «vampiros» de la UCI. Horas antes del arranque de la Vuelta a la Comunitat Valenciana, el 3 Molinos Resort recibía esta ingrata visita y el balear, junto a Rafa Casero y Alberto Benito, era requerido para una nueva muestra. Los médicos ratificaban el «no apto» para los tres ciclistas, que no podían tomar la salida en Calpe «para prevenir problemas de salud».

En el caso de Casero y Benito, no lo hacían al mostrar una elevada tasa de hematocrito. Por contra, Tauler daba un bajo nivel de reticulocitos, por lo que ni tan sólo fue requerido para la muestra de orina que podría indicar la presencia de Eritropoietina (EPO), pese a que Toni solicitó ser sometido a la misma para ratificar la inocencia que siempre tuvo a su favor.

El mallorquín estaba «tranquilo, ya lo sabía. De hecho, en el equipo poseían analíticas en las que tenía bajo el nivel». Al mismo tiempo, confirmó que hoy mismo se someterá a una serie de pruebas para que la Unión Ciclista Internacional emita un certificado que le permita correr con una tasa inferior a la permitida -un mínimo del 4%, por el 2 que dio Tauler-, aunque por el momento, deberá descansar de manera obligatoria por espacio de quince días, tras los cuales se someterá de nuevo a otra analítica de sangre y orina antes de volver a rodar.