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Con los ecos de la exhibición ante el Real Madrid todavía resonando en las tertulias, el grupo de Gregorio Manzano regresó ayer al tajo con el nombre del Racing monopolizando todos los comentarios. Y es que la cita del próximo domingo en El Sardinero se antoja fundamental para mantener el rumbo a la tranquilidad, el tránsito hacia la curación definitiva después de atrapar los seis últimos puntos en disputa y asomar la cabeza a la superficie. La cita ante el conjunto cántabro resulta propicia para rascar algún botín. Al menos, los números del Racing en su estadio invitan al optimismo. No en vano, el grupo dirigido por Manuel Preciado es el que peores dividendos ha generado ante su hinchada, con sólo nueve de los 36 puntos en juego.

La maldición cántabra en su estadio contrasta con sus buenas prestaciones a domicilio, donde ha logrado más del doble de puntos. El Racing acumula tres derrotas consecutivas en El Sardinero y sólo ha ganado en uno de los diez últimos encuentros. Su último triunfo data del pasado 15 de enero, cuando se impuso al Villarreal. Desde entonces, sus encuentros se han saldado con derrotas: Sevilla (2-3), Celta y Athletic de Bilbao (0-1).

Malos números
El Racing es el equipo de Primera que peores números presenta ante su hinchada. De los doce encuentros disputados en El Sardinero, sólo ha ganado dos (1-0 a Espanyol y Villarreal), empatado tres (1-1, Betis y Málaga y 2-2 Real Sociedad). Por contra, nada menos que siete equipos han abandonado Santander con su mochila cargada de puntos. Son Cádiz, Alavés, Atlético, Deportivo, Sevilla, Celta y Athletic. El conjunto de casa ha marcado sólo 9 goles -es el menos goleador como local-, encajando 16.

A pesar de esos números, el Mallorca acudirá con recelo a un estadio que no le trae precisamente buenos recuerdos y en el que acumula dos derrotas consecutivas. La pasada campaña, en un partido clave para el futuro, cayó goleado (3-0) en uno de los peores partidos disputados por el grupo entonces dirigido por Héctor Cúper. Hace dos años también cayó (2-1). Para encontrar un triunfo en El Sardinero hay que remontarse a la décima jornada de la temporada 2002-03, precisamente con Gregorio Manzano en el banquillo balear, cuando se impuso por 1-2, con goles de Ibagaza y Pandiani, en la séptima victoria consecutiva. También ganó en las temporadas 1997-98 (0-1) y 1986-87 (1-2), mientras que fue goleado en las campañas 1960-61 (5-1) y 61-62 (4-0).

Sin confianzas
Por otra parte, el mallorquín Tuni, que cuajó un extraordinario encuentro frente al Real Madrid, aseguró ayer que su equipo «no debe confiarse» tras haber logrado encadenar dos victorias consecutivas, ante el Málaga y el Real Madrid, en el campeonato de Liga. «La parte baja de la tabla está muy apretada y cuando ganas dos partidos seguidos consigues cierta ventaja, pero no debemos confiarnos porque aún queda mucho trabajo por hacer» afirmó el jugador en rueda de prensa.

Tuni reconoció que el triunfo sobre los blancos ha significado «una inyección moral muy importante» porque «parece imposible ganar el Madrid, aunque no se encuentre en su mejor momento».

Otro de los jugadores mallorquinistas, Borja Fernández, reconoció sentirse más identificado con el fútbol que practica Gregorio Manzano que con el del anterior técnico, Héctor Cúper.

«Son dos ideas de fútbol diferentes, y yo me identifico más con la de Manzano, aunque eso no significa que sea mejor ni peor», indicó.

Respecto a la dimisión de Florentino Pérez, el centrocampista rojillo cedido por el Real Madrid admitió haberse sentido «muy sorprendido».

«No lo esperaba, pero el ex presidente es un hombre que siente mucho el club y si ha dado un paso al lado es porque consideraba que era lo mejor», dijo.

Gregorio Manzano cuenta para el partido ante el Racing con todos sus futbolistas, a excepción de Cristiano Doni, quien de momento realiza ejercicios al margen del grupo tras sufrir un golpe en la rodilla derecha y una sobrecarga en el tendón de aquiles izquierdo. Cabe destacar que recuperará a Potenza, Tuzzio y Guillermo Pereyra, ausentes frente al Real Madrid por acumulación de amonestaciones. El técnico de Bailén podría mostrar hoy sus cartas durante el partidillo habitual de los jueves.