Maqueta del anteproyecto de ampliación de Son Moix. Foto: MONSERRAT

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El Real Mallorca quiere cambiar de aires. Al menos esa es la declaración de intenciones que la entidad hizo ver al hacer público el anteproyecto de ampliación del estadio de Son Moix, una iniciativa que encuentra trabas legales, pero exhibe la ambición de la SAD presidida por Vicenç Grande. La base de la idea plasmada en maqueta por el madrileña Estudio Lamela que pone en escena una obra faraónica que cambiaría la fisonomía urbana del extrarradio y en consecuencia de todo Ciutat.

La intención del club balear es la de llevar a cabo el magno proyecto, que gira en torno a la ampliación del aforo del estadio y la edificación de tres impresionantes torres, que podrían no hallar acomodo sobre los mismos terrenos que rodean el área deportiva más emblemática de Palma. El problema radica en la expropiación llevada a cabo años atrás de algunos de los terrenos del perímetro de Son Moix para reubicarlos como de uso deportivo.

Por ello, sus por entonces propietarios podrían solicitar la reversión de los mismos y una millonaria indemización en caso de que lleguen a buen puerto las intenciones mallorquinistas, al dejar de ser dedicado ese suelo a uso exclusivamente deportivo, siempre con el beneplácito de las instituciones. Ése es uno de los condicionantes que llevarían a trasladar el centro de operaciones del mallorquinismo.