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Uno fue artífice del título más importante de la Historia del club; el otro contribuyó con sus goles a amarrar la permanencia en Primera División. Ambos saldaron con buena nota su paso por el vestuario del Real Mallorca y pisaron ayer el estadio de Son Moix con otra camiseta. Sin embargo, a pesar de esas coincidencias, vivieron recibimientos contrapuestos. Así, mientras la hinchada ovacionó a Luis García cuando éste fue sustituido, despidió a Pandiani al grito de «pesetero, pesetero», después de que el uruguayo diera un portazo a Vicenç Grande el pasado mes de enero, cuando el presidente del Mallorca se desplazó a Birmingham a cerrar su contratación. Pese a todo, Pandiani conversó con el máximo accionista del club en los prolegómenos del encuentro. También se abrazó con Manzano instantes antes de iniciarse el choque. El técnico jienense le dio toda la confianza durante su anterior etapa en la isla, en la temporada 2002-03.

Lotina sorprendió con su alineación. El técnico vasco excluyó a Raúl Tamudo de la lista y le entregó la responsabilidad del gol a la dupla de ex: Luis García-Pandiani. El asturiano y el charrúa se alternaron sus posiciones en la banda derecha y la punta de ataque y ninguno de ellos derramó sobre el césped algunas gotas de su calidad. Sobre todo el sudamericano. Los dos fueron sustituidos en el segundo acto, aunque la afición mostró reacciones diferentes a la hora de despedir del terreno de juego a dos ex mallorquinistas.

Pandiani no entró en contacto con el balón y salió perdedor en todos sus duelos con Ballesteros, que le ganó en todos los balones aéreos. Apenas disparó a puerta. No creó ni una ocasión de peligro y Lotina decidió sustituirle antes de cumplir la primera hora de partido. En cuanto lució el dorsal 7 en la tablilla del cuarto árbitro, la hinchada de Son Moix comenzó a arrojar chatarra. La música de viento le acompañó en los segundos que transcurrieron hasta que alcanzó el banquillo y se saludó con Coro, su sustituto.

El regreso de Pandiani a la Liga española está resultando decepcionante. Todavía no ha marcado ningún gol en el torneo de la regularidad, aunque contribuyó a la clasificación para la final de la Copa del Rey con un gol clave frente al Deportivo, otro de sus ex equipos.

Unos minutos más tarde, en el 88, le tocó el turno a Luis García. El máximo goleador mallorquinista la pasada temporada recibió una ovación de gala por parte de la hinchada de Son Moix, que le despidió con aplausos. El delantero asturiano, traspasado al Espanyol por tres millones de euros unos días antes de iniciar el campeonato, correspondió a la ovación antes de adentrarse en el vestuario.

Afortunadamente, Luis García tampoco tuvo su día. Bien sujetado por Fernando Navarro y por Sergio Ballesteros, el delantero asturiano se quedó con la miel en los labios y no pudo celebrar un tanto en un escenario donde tantas alegrías vivió el pasado año. De momento, Luis García suma nueve goles -es junto a Tamudo el pichichi del equipo blanquiazul- y está a sólo dos de igualar la marca que firmó en el Murcia y la pasada campaña en el Mallorca.

El empate de ayer, por otra parte, deja a ambos conjuntos en el alambre, con la zona de descenso pisándole los talones. El grupo isleño parece haberse estancado después del buen arranque de la era Manzano y sólo suma uno de los seis últimos puntos en juego. Es decir, ha pasado de encadenar siete jornadas sin perder, con trece de los últimos 21 puntos en juego, a sumar dos jornadas sin celebrar la victoria.

De momento, el Mallorca ha sido incapaz de encadenar dos triunfos consecutivos en Palma y ahora divisa en el horizonte dos auténticas finales, ante el Athletic de Bilbao en el estadio de San Mamés y frente al Alavés en Son Moix.

Lo cierto es que el atasco en los suburbios de la tabla es considerable, con siete equipos separados por tan solo tres puntos, una victoria. Desde el Athletic de Bilbao, que suma 34 puntos, hasta la Real Sociedad, con 31, aparecen Racing, Espanyol, Mallorca y Alavés. En las siete últimas jornadas del campeonato, los enfrentamientos entre rivales que luchan por la permanencia y el factor del golaverage puede marcar el destino en una última plaza de descenso con un puñado de candidatos.

Sin duda alguna, los dos perjudicados de la jornada han sido el Málaga y el Cádiz. Los dos equipos andaluces divisan la salvación a mucha distancia, sobre todo el conjunto que dirige Manolo Hierro, que está a nueve puntos.