TW
0

Alfonso Gil
El Villarreal, la cenicienta de la Liga de Campeones, encontró ante el Inter su zapato de cristal, lo que le permitirá entrar como invitado de lujo y dentro de una carroza en la fiesta de las semifinales del torneo. Un gol del argentino Arruabarrena, el hada madrina junto a Riquelme de este cuento, permitió que el conjunto villarrealense se impusiera por 1-0 al Inter e hiciera que el valor doble de los goles en campo contrario le diera el pase a semifinales.

El universo del fútbol acaba de descubrir un nuevo planeta, el Villarreal, un club perteneciente a una ciudad de menos de 50.000 habitantes que ha pugnado en su primera participación en la Liga de Campeones con equipos de las ciudades más importantes del continente como Lisboa, Glasgow o Milán y ha sabido eliminar a sus más emblemáticos equipos.

El Villarreal no sólo jugaba en la Segunda División española hace un decenio, sino que en aquel momento esa circunstancia ya era un éxito para todos los que sentían los colores del club. Actualmente, el Villarreal se codea con las principales entidades europeas y ofrece a los espectadores de los estadios por los que pasa una larga lista de futbolistas de primer nivel.