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Fernando Fernández
Jorge Lorenzo no para. El piloto mallorquín es el hombre de moda del motociclismo español y sus dos victorias, y el consiguiente liderato en el Mundial de 250 centímetros cúbicos, le convierten en el más claro aspirante al título. Allá donde va, el 48 es el centro de todas las miradas, y la presentación del equipo RACC-Derbi no fue una excepción. La estructura dirigida por Dani Amatriaín, mánager del Fortuna Aprilia, presentó sus armas de cara al Campeonato de España de Velocidad (CEV) y el Campeonato de Catalunya (CCM), al manillar de las monturas Derbi de 125. Bajo la coordinación de Motorsport 48, el RACC-Derbi tendrá en Jorge Lorenzo el ejemplo a seguir.

No en vano, el mallorquín colaborará en la formación de nuevos talentos. Su confianza en los elegidos es total. «Veo a pilotos con mucho talento y creo que puede lograr buenos resultados a lo largo de esta temporada, pero tendrán que esforzarse mucho», admitía el reciente ganador del Gran Premio de Qatar, a la par que el director de la formación, Dani Amatriaín, recalcaba «la categoría del CEV y el CCM como cantera y pista de prueba para los jóvenes pilotos que tienen opciones de llegar lejos en este deporte».

Tres pilotos correrán el Campeonato de España de Velocidad: Pol Espargaró, Pere Tutusaus y Ricard Cardús, este último firme rival de Lluís Salom en el Critérium Derbi Caja Madrid, conforman la más potente rama del RACC-Derbi, un proyecto avalado por Jorge Lorenzo con su presencia y que tiene una clara filosofía de aprendizaje y progreso en el mundo del motociclismo. Algo de lo que el 48 puede dar todo un Máster. El tercer año de vida del proyecto debe significar su consolidación, algo que Amatriaín recalcó ante la presencia de Joan Moreta, máximo responsable del área de dos ruedas del RACC. Al margen de los pilotos que disputarán el CEV, Francisco Martínez y Alberto Moncayo competirán en el Campeonato de Catalunya, otra de las más sólidas pistas de pruebas que ofrece el calendario estatal. Lorenzo deja huella y muchos quieren ser como él. Pero pocos son los elegidos.