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Tolo Jaume
El Atlètic Balears saborea el ascenso a Tercera División al mismo tiempo que en los despachos se intensifica el trabajo de planificación con la vista puesta en la próxima temporada. El club que preside Damià Estelrich ha conseguido el objetivo que se había marcado en los albores del presente curso y afronta un tramo final de campeonato en el que quiere disfrutar del título sin hacer concesiones que desvirtuen la Liga o perjudiquen a otros equipos. Más allá del ascenso y el campeonato, la entidad blanquiazul ha edificado un proyecto de futuro revisando su esencia, apostando fuerte y revitalizando los diferentes estamentos de una institución que había tocado fondo. Sin categorías inferiores, unas instalaciones precarias y sin jugadores, Estelrich se hizo con las riendas del club para devolverlo a la época de vino y rosas de la que disfrutó en su anterior mandato.

El presidente, que a su llegada aunó a viejos conocidos de la parroquia blanquiazul con ganas de revitalizar el club e incorporó la ilusión del empresario alemán Mathias Kühn como presidente, confió el proyecto deportivo a Manuel Martín Vences y el veterano técnico repitió un éxito que ya había alcanzado sentado en el banquillo como entrenador. Estelrich acertó porque Vences ha sido protagonista del último cuarto de siglo de la historia baleárica. En la temporada 82-83 los inquilinos del Estadi Balear escalaron a Tercera y en la campaña 86-87 dieron el salto a la Segunda División B con Manuel Martín Vences como técnico y ahora han regresado a la máxima categoría del fútbol regional con Toni Amor en el banquillo y el ex preparador del Rayo Vallecano y Logroñés, entre otros, ejerciendo de director técnico. Un director técnico que hace extensibles todas las enhorabuenas que recibe a todos los que han trabajado, y han sido muchos, para hacer posible el ascenso.

Rigor, compromiso y seriedad han formado parte de la receta de la cúpula del Atlètic Balears aplicada para sanear el club mientras que el sacrificio, la unión del vestuario y la capacidad de trabajo diaria demostrada por la plantilla han permitido que la afición blanquiazul pueda respirar tranquila a falta todavía de cuatro jornadas para que Preferente cierre la liga. Toni Amor considera que la plantilla ha demostrado «una gran honradez» y alaba la mentalidad de un equipo que ha sido capaz de mantener la exigencia en cada entrenamiento sin perder de vista el objetivo final. El ex entrenador del Arenal, que cree que Estelrich es el «presidente ideal porque ha tenido una gran seriedad y nos ha dejado trabajar dando su total apoyo», tiene confirmada su continuidad al frente del equipo la próxima campaña, pero su única preocupación en la actualidad es terminar la temporada sin levantar el pie del acelerador proque «si yo estuviera en la piel de los otros equipos no me gustaría que el Atlètic Balears dejara de jugar para ganar como lo ha hecho».