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Gregorio Manzano no quiere que la falta de acierto vuelva a privar al Mallorca de un posible triunfo que en esta recta final sería trascendental y se ha arremangado con el fin de reorientar el punto de mira de sus delanteros. El técnico de Bailén reunió ayer a todos los atacantes que habitan en su plantilla en torno a una portería y centró buena parte de la sesión preparatoria en el remate y en la mejora de los recursos ofensivos. Los últimos resultados cosechados por el equipo y su acentuada sequía componen ahora mismo el principal foco de preocupación del cuerpo técnico, que no está dispuesto a que la falta de definición siga teniendo un coste tan elevado para la plantilla.

El entrenador hizo trabajar a sus jugadores más ofensivos al margen del resto y durante media hora Arango, Pisculichi, Víctor, Okubo y Yordi expusieron su catálogo de remates ante una portería en la que se iban alternando Toni Prats, Miquel Àngel Moyà y Gerardo Rubio. El propio Manzano les fue forzando, uno a uno, a disparar desde distintas posiciones y perfeccionaron una técnica de tiro que hasta el momento no ha deparado grandes resultados.

De hecho, el número de acciones convertidas fue muy inferior al número de intentos y quedó suficientemente claro que el equipo debe mejorar cuanto antes todo lo que tiene que ver con la definición. Después de esa tanda de lanzamientos, Manzano separó a los jugadores defensivos y a los de ataque para simular nuevas situaciones de peligro.