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Carlos Román / Efe
Gregorio Manzano ya ha cerrado sus cuentas. El entrenador del Mallorca quiere blindar la permanencia a costa de sus enemigos más próximos y se ha propuesto enterrar cuanto antes a Cádiz y Alavés para acampar lejos de la zona más conflictiva de la clasificación y sellar la continuidad en Primera. El técnico andaluz asegura que este fin de semana comienza una nueva liga para su equipo y que ya no sirve de nada volver la vista.

No obstante, el jienense también es consciente de los errores cometidos en las últimas semanas y ha tomado buena nota de ellos con la intención de no repetirlos: «En condiciones normales y con un poquito de buena suerte podríamos estar muy cerca de la salvación. Y lo digo de forma objetiva», subrayó ayer en la rueda de prensa previa a la jornada.

Aunque el conjunto mallorquinista sigue muy cerca del incendio, Manzano ha reducido el campo de acción de la plantilla y cree que lo más importante ahora es formatear el disco duro del vestuario y abordar las cuatro últimas funciones del torneo como si se tratara de otra competición independiente: «Lo que tenemos que plantearnos ahora es que empieza una pequeña liga para nosotros. No podemos dar marcha atrás y lo único que tenemos que hacer es sumar, como mínimo, un punto más que el Alavés y dos más que el Cádiz, aunque acabar empatados con ellos también nos valdría.