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C.Román / Agencias
Jonás Gutiérrez recuperó ayer el pulso de la competición en el Manzanares. El suyo y el de todo el equipo, ya que el Mallorca está más próximo que nunca a la que sería su décima temporada consecutiva entre la realeza del fútbol español gracias al decisivo tanto del centrocampista argentino. El Galgo, que la semana pasada se quedó en el banquillo por primera vez en toda la temporada, regresó al equipo inicial y acabó interpretando un papel decisivo, básico en el final feliz que sueña Manzano. Después de recorrer varios kilómetros por su banda y de intentarlo una y otra vez frente a sus marcadores, el sudamericano encontró la recompensa a su esfuerzo y sacó a flote al grupo bermellón cuando más lo necesitaba.

Jonás necesitaba un empujón moral parecido al de ayer para centrarse otra vez en el gran objetivo de la temporada y reconducir una trayectoria que se había desviado en el transcurso de los últimos meses. Aunque se perdió el comienzo de la campaña por una lesión que sufrió en el Ciutat de Palma, se enganchó al equipo dejando muy buenas sensaciones y se apropió del flanco derecho del centro del campo en detrimento de Campano. Sin embargo, su rendimiento fue decreciendo hasta que tocó fondo la semana pasada. Un violento pique con Fernando Navarro en un entrenamiento y un altercado con la Policía en el aeropuerto de Palma le llevaron directamente al banquillo, pero el castigo sólo duró una semana. Ayer Manzano le devolvió a su hábitat natural y Jonás culminó el encuentro con una diana -la segunda que marca en esta temporada tras la conseguida ante el Betis- que puede significar la permanencia definitiva.

El contrapunto lo puso Fernando Torres, que va a cerrar su primera temporada en la elite sin marcarle un solo gol al Mallorca. El madrileño, que tras el encuentro estaba muy afectado por la derrota, señalaba que «ya no valen excusas de ningún tipo» ni nada de lo que estaban hablando en las últimas semanas.

«Es otro partido más que hemos fallado. Ya no valen excusas de ningún tipo ni nada de lo que se venía hablando. Son tres partidos los que quedan y a ver si llegamos a la Intertoto. Parece que cuando nos encontramos en una situación como la de hoy, el equipo falla», declaró, que apostó porque el equipo debe tener «personalidad y saber lo que esta camiseta representa».

«La Intertoto está ahí y hay que agarrarse a lo que queda», apuntó el delantero, que consideró que el equipo es «joven y le falta la experiencia que podía tener otros años con jugadores más veteranos».

«Es un equipo que tiene que crecer y esto le va a servir como experiencia, para que se aprenda de los errores y no vuelva a pasar. Sabíamos que era un equipo joven, de futuro y tiene que madurar. El Atlético te exige como un grande, da igual los años que tengas. Es un equipo joven, hay que confiar en él y darle continuidad», añadió.

De su futuro, el delantero indicó que no le ha afectado todo lo que se ha hablado de su posible marcha al final del Mundial de Alemania 2006: «Llevo cuatro años escuchando lo mismo».

Por su parte, el colombiano Luis Amaranto Perea, defensa del Atlético de Madrid, indicó que «cuando el Calderón» exige al equipo «un poco» pierde «la cabeza» y se desubican sobre el campo. «Hay muchas cosas que corregir y mejorar», apuntó el central. «El Calderón, cuando nos pide que estemos mejor, quizás nosotros no respondemos a la exigencia que hay», añadió el defensa, que consideró que el equipo estaba «muy mal, porque ha sido un partido para olvidar».

Peñas rojiblancas
El triunfo del Mallorca amargó a las peñas del Atlético de Madrid el día de su homenaje, al que acudieron 250 agrupaciones de seguidores rojiblancos y que se desarrolló durante todo el día.

Salvo por la derrota, fue una jornada festiva para los peñistas del Atlético de Madrid en el día de su homenaje en el estadio Vicente Calderón, al que acudieron más de 4.000 personas procedentes de toda España durante las horas previas al partido. Las puertas del feudo rojiblanco se abrieron a las 11.00 horas para iniciar las actividades organizadas por el club, entre las que se expusieron los trofeos más importantes de la historia de la entidad, con los que los aficionados pudieron fotografiarse. También hubo una degustación de vino y jamón o diversas opciones de ocio, como partidos de fútbol tres contra tres o una zona dispuesta para ejercicios de habilidad con el balón.