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Fernando Fernández
Jamás tuvo el Drac Inca tan cerca la posibilidad de pujar por la ACB. Después de nueve temporadas de militancia en la categoría de plata -tras el decano Melilla es el más veterano-, el club de es Raiguer se dispone a vivir unas series de ascenso apasionantes. Cerrada la mejor temporada regular de su historia (4º, 21-13), el conjunto gualdinegro afronta la cuenta atrás hacia su cuarta intentona, la primera con el factor pista en el primer cruce a favor. Las anteriores estuvieron marcadas por el equilibrio, pero el destino siempre jugó una mala pasada a la entidad presidida por Joan Rubert. Lucentum Alicante, Cajasur Córdoba y Granada hicieron que se evaporara el sueño del baloncesto mallorquín con un quinto partido como fita decisiva. Ahora, la estadística juega en favor del Drac. En un 75% de las ocasiones, el conjunto con factor pista ha pasado el primer cruce. Esta no debe ser una de las excepciones.

Las sensaciones no pueden ser mejores. El vestuario ofrece una imagen de unidad que da forma a un bloque sólido, sustentado en unos pilares cuyo grado de implicación con el proyecto es total. Como el de la hinchada, que ha regresado a las gradas del Palau en masa y vuelve a suspirar con baloncesto de calidad. Será el Bruesa el primer obstáculo en un camino que puede cruzarles con Palma Aqua Mágica o León en semifinales. Eso sí, primero deberán pasa por encima del grupo de Porfirio Fisac y después esperar la campanada del cinco de Ciutat. Un cruce mallorquín supondría para el baloncesto mallorquín la expedición de un billete directo para la Liga ACB. Pero quedan muchos minutos de tensión, emoción y pasión sobre el parqué.

La batalla vive su primer episodio mañana mismo (21 horas), para el sábado reeditar el choque de trenes entre Drac y Bruesa. La baja de Galilea no ha desbaratado los planes de este viejo conocido. El Bruesa tiene armas como para poner en apuros a un Drac que podrá contar con Anthony Stacey. El alero estadounidense ya entrena con el grupo y se recupera de la microrotura fibrilar en el tendón de Aquiles que sufrió en la recta final del curso regular. Antonio Reynolds, junto a Jagla el pilar bajo los tableros, también llega en un dulce momento a los «playoffs» y de sus puntos y rebotes vivirá el Drac en algunas fases del cruce. La batuta de Ricardo Uriz, la garra de David Doblas o el físico de Wyatte, Smith y Lewis son algunas de las cartas de Fisac, que deberá poner freno a la imaginación y velocidad de Rod Brown y a la muñeca de Galarreta, un hombre que hace apenas un año consumaba la gesta vistiendo la elástica del Menorca. Inca y el Drac saben que es una ocasión histórica, que la LEB no podrá las cosas tan fáciles en otra oportunidad y que la ACB quiere hablar mallorquín. Esta vez sí, el Drac parte con todas las de ganar. Está en las manos de once hombres.