GRUPO JIMÉNEZ ALARÓ: Marín, García, Mouha, De Souza, Muñoz, Robinet y Alzamora (líbero). También jugó Cati Pol.
SAN SEBASTIÀN DE LOS REYES: Caballero, Correa, López, Molin, Antúnez, Brandao y Del Prado (líbero). También jugaron Arranz, Cornaz y Pucchinelli.
Àrbitros: Sonia España y José Vicente Ribas. Amonestaron con cartulina a la local Muñoz y a la visitante Caballero, ambas por protestar.
Parciales: 25-14 (20 min.), 17-25 (24 min.), 25-19 (24 min.), 21-25 (26 min.) y 15-7 (12 min.).
Tolo Jaume
El Grupo Jiménez Alaró firmó ayer su victoria más amarga. El equipo de Ernesto Rodríguez doblegó al San Sebastián de los Reyes logrando el único marcador (3-2) que en caso de triunfo impedía a las mallorquinas ascender a la Superliga. Las lágrimas de las jugadoras locales pusieron el punto y final a la primera temporada del club alaroner en la Liga FEV mientras las madrileñas festejaban la consecución de su objetivo. Las cosas se pusieron de cara para el Grupo Jiménez Alaró en los primeros compases del encuentro merced a un gran inicio de partido. El saque hizo mucho daño al entramado defensivo dispuesto por el Sanse, que tampoco conseguía que sus bloqueos tuvieran el efecto pretendido. Y es que las pupilas de Ernesto Rodríguez salieron muy mentalizadas y responsabilizadas con la importancia de cada pelota que se ponía en liza. Fruto del dominio de todos los aspectos del juego la primera manga del encuentro cayó del lado local para provocar la explosión de júbilo de la parroquia alaronera, que en esta ocasión contó con el respaldo y el ambiente de Els Tambors del Son Amar Palma. El contundente 25-14 dejó patente la superioridad local.
Las dudas empezaron a impregnar el juego mallorquín. El Grupo Jiménez Alaró acumuló errores en la recepción, lo que motivó que el ataque se resintiera de forma decisiva. El Sanse abrió brecha en el marcador y la distancia empezó a hacerse insalvable hasta que llegó una de las jugadas desgraciadas del choque. La visitante Antúnez cayó lesionada de la rodilla y la situación permitió que las madrileñas cedieran varios puntos fruto de los desajustes, pero la reacción isleña llegó tarde y el segundo set pasó a estrenar el casillero visitante al mismo tiempo que se estrechaba el margen de maniobra de las locales, que lograban el pasaporte a la Superliga si se apuntaban el duelo por 3-0 o 3-1.
El tercer set arrancó con una dinámica muy similar a la del primero. El saque hacía mucho daño, aunque en esta ocasión el Sanse era consciente de que podía dejar resuelta la eliminatoria. La igualdad presidió el tercer parcial hasta que el servicio resultó ser el arma más potente del equipo de Ernesto Rodríguez, en el que por rachas destacaron de forma notoria Mouha y De Souza. El 2-1 volvía a hacer estallar la alegría en el polideportivo de Alaró, donde la grada se había convertido en un gran aliado de las locales, que sufrieron en ciertas fases el rigor arbitral al ver como eran castigadas con dobles que tuvieron un efecto negativo en la moral del grupo.
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