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Dice el refranero popular que bien está lo que bien acaba y que el fin justifica los medios, y a eso precisamente se agarrará hoy el Mallorca para coronar una temporada tan desconcertante en sus inicios como gratificante en el epílogo. El equipo de Manzano cerrará el ejercicio futbolístico con una cita sin contenido que en cualquier caso, servirá para festejar la consolidación del equipo en la máxima categoría del fútbol español.

Los rojillos, que reciben al Zaragoza con los deberes hechos y la mente puesta ya en las vacaciones, intentarán homenajear a su sufrida afición en una noche de fiesta y despedidas en la que los focos apuntarán directamente a las gradas (Estadi de Son Moix, PPV, 20.00 horas).El Mallorca y todo su entorno disfrutarán del partido soñado. El equipo ha sepultado ya esa carga de sufrimiento que le había acompañado durante todo el torneo y después de liberarse de las cadenas, volverá a disfrutar de la esencia del fútbol, sin presión ni condicionantes.

El miedo a perder se ha evaporado definitivamente del vestuario bermellón y eso, unido a la falta de tensión del rival que tendrá delante, hará que los jugadores salgan al campo a divertirse y a compensar a la grada por el pobre espectáculo que ha tenido que soportar a lo largo de los últimos meses. Manzano, que quiere participar activamente en la fiesta, ha previsto todos y cada uno de los detalles de la jornada y ha elaborado una convocatoria llena de sorpresas y novedades con la intención de que toda la caseta se sume a las celebraciones programadas para antes y después del partido.