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Europa Press|BARCELONA
El FC Barcelona jugará mañana en París ante el Arsenal la quinta final de Copa de Europa de su historia, 12 años después de la derrota en Atenas (1994) y en la que tratará de repetir el título logrado en 1992 ante la Sampdoria en el estadio Wembley de Londres, mientras que para el Arsenal será la primera. El estadio de Saint-Denis y el joven Arsenal que dirige el francés Arsène Wenger, con Cesc Fábregas y José Antonio Reyes como figuras españolas, esperan a un resurgido Barcelona, liderado por Ronaldinho y al que Frank Rijkaard ha dotado de una frescura y una ambición que apunta hacia el inicio de una prometedora trayectoria. París será el escenario de la quinta final de Copa de Europa del Barça. La primera fue la final de los palos cuadrados, perdida contra el Benfica portugués (3-2) en el estadio Walkdorf de Berna en 1961, en un encuentro que dio al Benfica su primera Copa de Europa, que reeditó al año siguiente, esta vez ante el Real Madrid.

Los «palos cuadrados» del estadio Walkdorf, escenario de uno de los episodios más recordados de la historia negra del Barcelona, repelieron hasta cuatro balones de los azulgrana, que merecieron mejor suerte en un partido en que también sufrieron un gol en propia meta y vieron como un jugador del Benfica salvaba otro en la línea. Hasta 25 años después no pudo el Barcelona volver a disfrutar de la posibilidad de coronarse rey de Europa. En 1986, el decorado era propicio, el estadio Sánchez Pizjuán de Sevilla, y el cartel que portaba el equipo dirigido entonces por el inglés Terry Venables era el de claro favorito ante el Steaua de Bucarest. Pero un partido aburrido, que acabó sin goles, y la figura del portero Ducadam, que blocó los cuatro penaltis lanzados por los jugadores del Barcelona, dio al fútbol rumano la única Copa de Europa de su historia, haciendo inútil la gran actuación del malogrado portero azulgrana Urruti, que paró dos de los cuatro lanzamientos.

No obstante, la final recordada con más cariño por la afición culé es la que tuvo al mítico Wembley por escenario y al holandés Ronald Koeman por protagonista, en el 1-0 ante la Sampdoria, que dio la hasta ahora única Copa de Europa al equipo azulgrana. El éxito de 1992 saldaba por fin la deuda histórica del Barcelona en Europa. Eran la época dorada del «Dream Team» del Barcelona que dirigía Johan Cruyff, ganador de cuatro Ligas consecutivas entre 1990 y 1994 y que, liderado en el campo por jugadores como Koeman, Guardiola, Laudrup, Stoitchkov y Bakero, y con los goles y la magia de Romario en el último, regresó al gran escenario de la final dos años después.