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Efe|PARÍS
La consecución de la segunda Copa de Europa por parte del FC Barcelona desató el delirio de la plantilla azulgrana sobre el terreno de juego del estadio de Sant Denis, instantes después de superar al Arsenal (2-1) en una final agónica. En el césped del Stade de France se vivieron momentos de gran emoción. Nada más acabar el partido, el portero Víctor Valdés corrió a celebrarlo con el técnico, Frank Rijkaard.

Valdés, uno de los héroes de la final al salvar dos mano a mano con Thierry Henry, fue de los que se mostró más eufórico, y rápidamente se acercó al gol sur para celebrarlo con la afición culé, junto a Oleguer Presas y Thiago Motta, otro de los más activos en la celebración pese a no jugar ni un minuto. Hombres como el holandés Giovanni van Bronckhorst o el francés Ludovic Giuly, quien llevaba a su hijo en brazos, rompieron a llorar emocionadamente tras conquistar su primer título de Liga de Campeones.

Ronaldinho, sonriente como siempre fue a consolar a Gio, justo después de abrazar a un alucinado Andrés Iniesta, cuya participación en la segunda parte cambió el signo del partido. También hubo momentos para consolar a los jugadores del Arsenal. Especialmente a Cesc Fábregas, por su pasado azulgrana, y al francés Thierry Henry, tal vez el próximo fichaje del conjunto catalán y con el que su compatriota Giuly conversó durante unos instantes.