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A.P.
Jaime III, Sant Jaume, Unió. Todos los caminos conducen a la Plaça Joan Carles I, a la plaza de las Tortugas, a la Canaletas mallorquina. Allí se concentraron miles de aficionados azulgranas para celebrar la segunda Liga de Campeones del Barcelona. Una fiesta que comenzó tras el gol de Belletti y que se prolongó hasta la madrugada. Llevaban catorce años esperando y lo celebraron por todo lo alto.

Y es que desde que Koeman firmó el triunfo en Wembley, el barcelonismo había esperado impaciente este día. Y la celebración fue equiparable a los catorce años de espera. En descapotable, con un utilitario más habitual, en moto, o a pie. Gritando, pitando o haciendo sonar la bocina. Cualquier medio era bueno para llegar a las Tortugas, darse un baño y gastarse la garganta gritando al mundo que ya había llegado la segunda.

La vestimenta ayer no era lo más importante. Porque en las Tortugas había de todos los tipos. Desde el que podía haber pasado desapercibido, al que ni siquiera se olvidó la ropa interior de su equipo. En la «Canaletas mallorquina» lo más importante era la celebración. Cantar que volvían a ser «campeones, campeones» y que «Tot el camp és un clam».