Nadal recibe un trofeo de manos del legendario Vilas y de Bimes, presidente de la Federación francesa. Foto: OLIVER WEIKEN

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Fue Guillermo Vilas a la pista central del complejo Roland Garros vestido totalmente de negro. El argentino acudió a presenciar como uno de sus récords, uno de los más impresionantes de la ATP, terminaba. Rafael Nadal lograba ayer su quintuagesimocuarto triunfo consecutivo sobre tierra batida al doblegar a Robin Soderling por 6-2, 7-5 y 6-1. El mallorquín inicia con esta marca su defensa del título, su reconquista de París. Dos horas y ocho minutos necesitó Rafael Nadal para lograr su victoria consecutiva número 54 sobre tierra batida. Más allá de la ilusión que le hiciera batir el récord de Vilas, el tenista balear era consciente de que lo más importante era comenzar bien el torneo. Saltó a la pista muy concentrado y motivado, como siempre. Ganó los dos primeros puntos del partido al resto, pero Soderling impidió el break del mallorquín de entrada. Nadal ganó su saque en blanco y en el tercer juego volvió a ponerse manos a la obra. Se colocó 15-40 con el saque del sueco y se hizo con su primera rotura después de una gran defensa (2-1 y saque). El partido se movía por los cauces previstos cuando la lluvia hizo acto de presencia. El récord corría peligro de ser aplazado y el mallorquín apretó el acelerador (4-2). Lanzaba su primer saque sobre los 190 kilómetros por hora y era una ametralladora desde el fondo de la pista.

Bajo este dominio absoluto, Soderling era consciente de que simplemente era el aficionado con mejor entrada de la pista Philippe Chatrier. Un nuevo break del mallorquín después de otra gran defensa de revés le colocaba 5-2 y mientras estaba cerrando la primera manga (6-2) parecía incluso que aparecía el sol. El viento tampoco quiso perderse el récord y, de repente, el partido más que jugarse sobre una pista de tierra batida parecía disputarse sobre una pista de cemento. Robin Soderling pareció sentirse como en casa y sacó el brazo a pasear. Su primer saque era cada vez más fuerte y Nadal se sentía muy incómodo. El sueco estaba mostrando el mejor tenis de su carrera. Un servicio demoledor y una derecha impresionante. El mallorquín simplemente podía aguantar (2-2). Soderling ganó el quinto juego en blanco después de pasarse todo el juego sacando por encima de los 200 kilómetros por hora y en el sexto juego le metió una gran presión al balear. Rafael Nadal cometió su única doble falta del partido para ceder un 15-40. El mallorquín dominaba el punto y vio al sueco muy alejado por lo que le lanzó una dejada. Se le quedó muy alta y botó en media pista, así que Soderling pudo conectar una derecha ganadora (2-4).

Rafael Nadal sabía que no podía dejar que su oponente se creciera demasiado y volvió a apretar al máximo en el séptimo juego. El sueco seguía teniendo un látigo en el brazo y lograba mantener un excelente juego gracias a una derecha demoledora. Nadal tenía una ventaja y Soderling la recuperaba. Así hasta seis veces. Así doce minutos. Hasta que por fin el balear logró el break y se colocó 4-4 tras ganar su saque. Con Nadal con la moral por las nubes y Soderling lleno de dudas, el marcador reflejó de inmediato un 5-4 a favor del mallorquín gracias a una doble falta del sueco. Rafael sacaba para ganar el set y se colocó con 40-15. El sueco reaccionó y llegó a tener hasta seis oportunidades de break. A la sexta, justo la que Nadal tenía más controlada, logró romper por suerte, ya que un tiro ganador del manacorí impacto en la cinta y terminó botando fuera (5-5).