El último remate

Vilanova-Peña. El campeón del grupo balear, la Peña Deportiva, inicia su asalto a la tercera categoría del fútbol estatal ante una de las sorpresas del grupo catalán. El entrenador de la Peña, Paco Marín, que aseguró que le preocupa más su equipo y ofrecer una buena imagen que las cualidades de su rival, considera una ventaja el hecho de disputar la vuelta como locales, aunque también advierte que «está claro que es una ventaja contar con el apoyo del público en la vuelta, pero también hemos jugado bien a domicilio e intentaremos sacar un buen resultado en el partido de ida».

Gavà-Mallorca B. El filial mallorquinista diseñó un proyecto para recuperar la categoría perdida en el anterior ejercicio y el propio presidente Vicenç Grande aseguró que sería un fracaso no lograr el objetivo fijado. El primer escollo será el Gavà con la ventaja de jugar la vuelta en el Lluís Sitjar en un cruce en el que parte como favorito, pero en el horizonte de los bermellones emerge un duelo de alto voltaje. Y es que el Orihuela era uno de los rivales a eludir en el sorteo por su capacidad económica y su potencial deportivo.

Ferriolense-Espanyol B. El equipo palmesano se verá las caras con una de las canteras más prolíficas. No obstante, el técnico Jaume Mut asegura que «cualquiera que nos hubiera tocado era un rival muy complicado, pero creemos en nuestras posibilidades y estamos muy ilusionados». Mut, que afirma que la principal virtud de su equipo es el trabajo de grupo, espera a un Espanyol B como «un típico filial con gente joven y de calidad y con jugadores que veremos en Primera». El técnico del Ferriolense destaca la presencia de dos mallorquines en el filial periquito como Busi y Biel Ribas y la solidez de su equipo en Son Ferriol, donde los palmesanos han rozado una media de tres goles.

Sporting-Girona. Al equipo menorquín le ha tocado en suerte uno de los rivales más temibles de cuantos le podía tocar en primera ronda, puesto que los catalanes forman uno de los equipos con más aspiraciones de la fase de ascenso. El Girona quiere recuperar la categoría que perdió el pasado ejercicio y por este motivo ha mantenido la base del último curso incorporando futbolistas con experiencia que resten presión al juego del equipo. Toni Seligrat, que no renuncia a dar la campanada, confía en el respaldo del público menorquín para lograr un buen resultado en el encuentro de ida y cree que sus hombres tienen «mucho que ganar y poco que perder» en una eliminatoria en la que no habla favoritos, porque «a pesar de su presupuesto y su plantilla sobre el campo estarán once contra once y ambos conjuntos tendremos las mismas posibilidades».