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A.P./T.J.|PARÍS
«Va a ser una final muy difícil. Más difícil ya no puede ser», explicaba ayer Rafael Nadal después de realizar su sesión de entrenamiento. Tremendamente concentrado y con la ambición de un ganador, el tenista mallorquín repasa su trayectoria hasta el último partido del torneo y alaba el juego del número uno del mundo también sobre tierra batida. La fórmula parece clara:«tengo que llevarle al límite y cuando estemos allí ya veremos lo que pasa. El tiene más presión que yo».

«No ha sido fácil. He tenido momentos difíciles durante estas dos semanas. Los dos primeros partidos no jugué bien, sufrí mucho físicamente ante Mathieu y con Hewitt pasé por momentos críticos. Frente a Djokovic me sentí mejor y en las semfinales hice el partido más serio» comentaba Nadal. El tenista mallorquín piensa que partidos como el de hoy «son especiales. Que el número uno juegue contra el dos es especial. Va a ser nuestra cuarta final juntos este año y además después de un partido como el de Roma, que son de los que causan afición. A la gente le motiva este tipo de partidos».

Rafael Nadal no cree que Federer haya evolucionado en los últimos meses sobre tierra batida, sino que ya hace mucho tiempo que juega bien sobre arcilla. «Eso es una tontería. Federer ha tenido opciones en todo momento. No creo que haya evolucionado porque el año pasado ya jugaba bien. El año pasado ya estaba capacitado para ganar Roland Garros. Si mañana -por hoy- juega bien me ganará. Aquí cada partido es una historia diferente».