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Fernando Fernández
Han pasado más de cuatro meses desde que el Comité Balear de Disciplina Deportiva (CBDD) decidiera proponer dos años de inhabilitación hacia el presidente de la Federación Balear de Automovilismo, Massimo Biella. El detonante fueron las denuncias formuladas por Domingo Aparicio y Bartolomé Cantarellas, quienes hicieron saber que les fue arrebatada sin justificación su condición de asambleístas. Después de hacerse pública una propuesta de resolución, Biella hizo valer su derecho a impugnarla al no habérsele dado trámite de audiencia, retrotrayéndose el expediente.

La cronología de los hechos nos lleva al 28 de septiembre de 2004, cuando al Junta Electoral de la FBA aceptó las candidaturas de los denunciantes a asambleístas en representación de los estamentos de clubes (Cantarellas) y jueces y oficiales (Aparicio).

La Junta de Garantías Electorales desestimó los recursos presentados por Biella. Aparicio y Cantarellas fueron elegidos asambleístas, pero con motivo de la Asamblea General Ordinaria del 23 de abril de 2005, ambos hicieron pública la denegación por parte de la presidencia de su consideración, lo que le llevó a presentar una denuncia contra Massimo Biella por «conducta contraria a derecho, con abuso de autoridad y clara usurpación de funciones.