El equipo vitoriano perdió, sobre todo en el último cuarto del primer encuentro, sus señas de identidad, en especial por los desaciertos en ataque de sus jugadores y también por la gran defensa del equipo malagueño que dirige el italiano Sergio Scariolo, hasta el punto de dejar a la escuadra baskonista en menos de 70 puntos. Fue muy elocuente el hecho de que un hombre tan decisivo en el juego de ataque del Tau, como el pívot Luis Scola, se quedara en tan sólo 8 puntos al final, tras cortar la defensa local todas las líneas de pase para evitar que el jugador de Buenos Aires recibiera el balón en condiciones y pudiera lanzar a canasta con comodidad.
Todo ello unido al mal día del escolta Travis Hansen, que tuvo unos pésimos porcentajes en sus lanzamientos exteriores, llevaron al equipo alavés a cuajar un partido no muy habitual en cuanto a su rendimiento y producción ofensiva dentro de los dos últimos meses. El parcial de 19-9 del último cuarto fue decisivo para que el Unicaja ganara el primer partido sin mayores problemas, gracias al despertar de Jorge Garbajosa en el tramo final de la confrontación y a la regularidad demostrada durante todo el encuentro por parte del puertorriqueño Daniel Santiago, el cual hizo mucho daño por dentro de la zona.
«En ataque no conseguimos llevar el balón donde queríamos y muchas veces agotamos el tiempo de posesión sin conseguir buenas posiciones para hacer los lanzamientos a canasta, algo que fue clave para el desarrollo final del partido», apuntó Velimir Perasovic en la conferencia de prensa posterior al primer choque de Málaga. De cara a la segunda entrega de la serie final por el título, prevista para mañana por la tarde en la pista malagueña del «José María Martín Carpena», será imprescindible cambiar, por parte del Tau Cerámica, muchos conceptos y sistemas de ataque para contar con posibilidades de empatar la eliminatoria.
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