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Han sido dos de las grandes animadoras de la primera fase de la Copa del Mundo y en su enfrentamiento directo, no podían defraudar. Ecuador y Alemania se veían las caras y sus aficiones no desaprovecharon la ocasión para demostrar que son de las más coloristas que se citan en Mallorca. Los suramericanos tuvieron que hacer un alto en sus ocupaciones para seguir en directo las evoluciones de la tricolor, que les ha devuelto la ilusión con dos victorias que les permitían optar al primer puesto. En plena sobremesa, las pantallas de televisión ubicadas en los bares, principalmente en la zona de la Soledat y el Polígono de Levante. Allí, algunos de ellos ataviados con la elástica ecuatoriana, se llevaron una decepción con el tempranero tanto alemán, pero confiaron en todo momento en la reacción de su equipo. No en vano, están haciendo historia en el Mundial y llegaban al partido con los deberes hechos después de haber sumado dos victorias en las dos primeras jornadas, y con ello, haberse clasificado por primera vez para los octavos de final.

Y como no podía ser de otra manera, cuando juega Alemania, la Platja de Palma vive una peculiar invasión por parte de los aficionados germanos, turistas que pasan sus vacaciones en Mallorca y sacan tiempo para no perderse ningún detalle de la participación de la tricampeona mundial en el evento del que son anfitriones. Entre litros y litros de cerveza, sangría y miles de aficionados, la fiesta era inevitable. Y si encima estaba regada con goles, mejor.

A medida que Alemania fue plasmando su dominio con goles, los seguidores, que esgrimían con orgullo la bandera de su país, ya pensaban en el partido de la segunda fase, pasando página, aunque no pararon de apoyar, unos en los bares y otros desde sus domicilios, a una Ecuador que siempre intentó dar la cara y les ha hecho disfrutar a lo largo de los últimos días con un fútbol que les ha permitido pasear con orgullo la camiseta de su equipo nacional. La fiesta puede ser mayor con el encuentro de octavos de final, una cita con la historia para Ecuador y todos sus aficionados, que desde Mallorca empujarán a la tricolor a la caza de un lugar entre las ocho mejores selecciones del planeta, una meta que antes de iniciarse el Mundial no se podían imaginar estos entusiastas hinchas, que volverán a encontrarse con el fútbol como excusa para disfrutar de noventa minutos que pueden hacerles entrar en la historia.