BRASIL: Dida (HH); Cafú (H), Lúcio (H), Juan (H), Roberto Carlos (H); Emerson (H), Zé Roberto (H), Kaká (H), Ronaldinho (H), Adriano (H) y Ronaldo (HH).
Cambios: Gilberto Silva (H) por Emerson, Juninho Pernambucano (H) por Adriano y Ricardinho (H)por Kaká.
GHANA: Kingson (H); Mensah (H), Pappoe (H), Shilla (H), Pantsil (H); Appiah (HH), Muntary (H), Addo (H); Dramani (H); Amoah (H) y Asamoha (H).
Cambios: Derek Boateng (H) por Eric Addo y Alex Tachie-Mensah (H) por Matther Amoah.
Arbitro: El eslovaco Lubos Michel. Expulsó a Gyan (m.81) y amonestó a Appiah, Muntari, Adriano, Pantsil, Addo, Juan, Gyan.
Goles:
1-0, min. 5: Ronaldo.
2-0, min. 45: Adriano.
3-0, min. 84: Zé Roberto.
Hernán Bahos Ruiz|DORTMUND
Un gol de Ronaldo, que le consagró como cañonero máximo de todos los mundiales, otro de Adriano que eleva a 200 la cuenta de Brasil en la historia de este torneo y uno de Zé Roberto empujaron ayer a los brasileños a los cuartos de final con una goleada por 3-0 sobre Ghana. Parreira esperaba un mano a mano de mucho riesgo y preparó a su defensa para resistir el asedio de «francotiradores», dos escenarios que sus pupilos capearon con gran aplicación táctica, aunque una vez más la pirotecnia técnica se redujo a algunos minutos. Brasil tuvo un comienzo deslumbrante y arrollador, como también los fueron sus remates en el primero y el segundo tiempo.
A los cinco minutos, Kaká soltó un pase en profundidad desde la circunferencia central a Ronaldo, que solitario avanzó treinta metros rumbo a la portería. Con regate corto eludió a Richard Kigson y antes de recibir la marca de Pantsil, que ya le respiraba en la nuca, puso el balón en el fondo para decretar el 1-0 y asumir el trono de cañonero general en la historia de los mundiales, con quince goles, uno más que el alemán Gerd Müller. Brasil llegó al WM Stadion Dortmund con una consigna clara: explotar con lanzamientos profundos desde la mitad la espalda de una defensa que avanza en bloque para asfixiar al rival a partir de la mitad de la cancha.
Ronaldinho Gaúcho, Kaká, Zé Roberto y después Ricardinho, se aplicaron a la regla y con lanzamientos cruzados desarbolaron una defensa a la que no le salió el manido recurso del paso adelante para dejar a sus rivales en fuera de juego. Pudo servir si el eslovaco Lubos Michel hubiera advertido la posición ilegal de Adriano al recibir el balón para marcar la puntilla, cuando transcurría el primer minuto de compensación de la primera etapa.
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