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Ejercicio físico, sol y calor, mucho calor. La plantilla del Mallorca ha empezado a seguir la dieta de Son Bibiloni. Los jugadores del equipo balear, que esta semana han vuelto al trabajo en las instalaciones de la ciudad deportiva, afrontan una de las fases más importantes de su preparación y lo hacen bajo unas circunstancias muy concretas que condicionan todos y cada uno de sus movimientos. Temperaturas superiores a 30 grados y una humedad que por momentos resulta insoportable han obligado al cuerpo técnico de los rojillos ha diseñar un plan de entrenamiento específico que llegará a su punto culminante a partir de la próxima semana, cuando el equipo levante el campamento en la localidad tirolesa de Kössen. Durante estos días el plantel mallorquinista vive sofocado. Tras un mes y medio de inactividad, el esfuerzo de los primeros entrenamientos hace que el cuerpo del jugador se resienta y si ese desgaste no se dosifica puede ser contraproducente para sus intereses. Sin ir más lejos, un jugador del plantel puede perder estos días entre dos y dos kilos y medio por sesión, una cifra que varía en función del peso corporal y que puede considerarse como normal siempre y cuando el deportista no pierda más del cinco por ciento del líquido que habita en su cuerpo. Para tener totalmente controlado ese aspecto, los integrantes del plantel rojillo pasan regularmente por la báscula antes y después de ejercitarse y si las diferencias son notables se le presta una especial atención en las sesiones posteriores. El objetivo no es otro que llevar un control exhaustivo del vestuario para poder exprimirlo al máximo, tanto a medio como largo plazo.

En el caso de la pretemporada actual, los jugadores han vuelto al tajo en una situación realmente buena y eso va a allanarle el camino a Manzano y su equipo de colaboradores, que no tendrán que realizar ningún esfuerzo añadido para soltar lastre y recuperar su mejor nivel. En cualquier caso el preparador físico, Toni Servera, va a centrar el trabajo de estos días en la potencia aeróbica, o lo que es lo mismo, la capacidad del organismo humano que permite la realización de actividades físicas de larga duración y de baja y mediana intensidad. Se trata de mejorar la resistencia del jugador a base de ejercicios muy concretos y éstos compondrán la base de todo el trabajo a lo largo de la primera semana. Una vez que el grupo se desplace a Kössen la tónica se mantendrá, pero el clima suave del centro de Europa permitirá profundizar en esa puesta a punto de una manera mucho más efectiva. De hecho, la temperatura isleña durante los meses de estío es tan elevada que el club considera «imprescincible» realizar un stage lejos de Mallorca para que su preparación dé finalmente los frutos esperados. Las condiciones locales hacen que resulte practicamente imposible imaginarse una pretemporada completa en Ciutat y lo de viajar en verano es ya una obligación para los componentes del cuadro bermellón.

El aumento de las temperaturas ha influido también en la configuración de los horarios de entrenamiento. Si durante los dos primeros días el equipo está citado sobre el campo a las 9.30, a partir de hoy adelantará en media hora su comparencia para evitar que el último tramo de la sesión se convierta en un infierno para los jugadores, tal y como han podido comprobar los futbolistas y los medios de comunicación que siguen diariamente la actualidad del equipo. El consumo de liquidos es la única manera de combatir el calor y de mantener el cuerpo hidratado para evitar problemas mayores.