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F.Fernández / A.Orfila
No corren buenos tiempos para el automovilismo, un deporte del que se habla más en las instancias jurídicas que sobre el asfalto. El fallo del Comité Balear de Disciplina Deportiva que inhabilita por cinco años al presidente de la FBA, Massimo Biella, por abuso de autoridad y usurpación de funciones tras la denuncia formulada por Domingo Aparicio -ex presidente- y Bartolomé Cantarellas, asambleístas que fueron expulsados del órgano por el propio Biella por perder su condición en relación su licencia, ha hecho que el dirigente eche el resto para demostrar que la razón le asiste.

Ya tiene en manos de sus abogados el futuro de la causa. «No sé si recurriremos al CBDD o a la justicia ordinaria, pero no me quedaré con los brazos cruzados. Todo esto es una maquinación contra mi persona», lamentaba el mandatario, quien recuerda que «antes de nombrarme, ya tenía una moción de censura».

Pese al parecer de la Junta de Garantías Electorales, Biella defiende que «las licencias autonómicas no tienen validez en los años 2003 y 2004. Incluso ellos lo reconocieron. De hecho, al llegar me encontré licencias formalizadas antes de tiempo, con el fin de engordar el censo electoral. Se adulteró para las elecciones. Esas licencias son falsas, están realizadas manualmente en un libro que no es el de actas de la FBA.