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Sergio Àlvarez|MAGNY-COURS
Michael Schumacher (Ferrari) se impuso ayer en el Gran Premio de Francia, undécima prueba puntuable para el Mundial de Fórmula Uno, y se situó a 17 puntos del líder del campeonato, el español Fernando Alonso (Renault), que acabó en el segundo puesto. Michael Schumacher, siete veces campeón del mundo, sumó ayer la octogésima octava victoria de su carrera deportiva, cuarta de la presente temporada y segunda consecutiva. Además, el germano ha logrado su octavo triunfo en el circuito de Magny-Cours. El también español Pedro de la Rosa, en su primera carrera como piloto titular de la escudería McLaren-Mercedes, se clasificó en la séptima posición, tras haber arrancado desde el octavo puesto de la formación de salida. El «kaiser», que ayer contó con la inestimable ayuda de su compañero de equipo, el brasileño Felipe Massa, recortó en dos puntos más su desventaja con respecto al actual campeón del mundo, que firmó el podio número 33 de su carrera deportiva en la máxima expresión del automovilismo deportivo.

El trabajo de Felipe Massa, que supo cerrar la puerta a Alonso en la arrancada para bloquearlo en los primeros compases de la carrera, fue fundamental para que Schumacher se llevara el triunfo en Magny-Cours. Ferrari tiene muy claro el concepto de equipo y ayer lo evidenció para impedir la que habría sido la séptima victoria del año del español. Ferrari utilizó una táctica de tres repostajes, uno más que Renault. Pese a hacer una parada menos, el equipo francés no pudo hacer nada para impedir la segunda victoria seguida de Michael Schumacher. La ventaja que fue acumulando paso a paso, permitió a germano llegar a su tercer y último repostaje con más de medio minuto de ventaja, suficiente para regresar a la pista con un margen de más de 18 segundos sobre Fernando Alonso. El asturiano se vació sobre el asfalto para conseguir acabar en una segunda plaza que le ha permitido perder sólo dos puntos.

La diferencia entre la concepción del trabajo de equipo entre Ferrari y Renault notable. El primero sí sabe quién es el primer piloto, pero el segundo no ha acabado de asumir que Alonso es el «jefe de filas». Por ejemplo, en el Gran Premio de Estados Unidos, disputado hace dos semanas, el italiano Giancarlo Fisichella, sin opción alguna de lograr el título, nunca fue un aliado del español. Pudo trabajar para Alonso, pero acabó siendo un enemigo más sobre la pista. Fernando Alonso siempre está solo y Schumacher tiene un escudero de lujo. En el segundo repostaje Ferrari incluso eligió el momento adecuado para que Massa, que marchaba por delante de Alonso, se detuviera a cargar combustible. Alonso se detuvo después, pero al regresar a la pista se encontró tal tráfico que no pudo aprovechar la circunstancia para, ya sin el tapón de Massa, tratar de acercarse lo máximo posible a Schumacher.