Lorenzo celebra una de sus victorias.

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Lorenzo ha vuelto a tomar el mando. El mallorquín, pese a quedarse a las puertas de la sexta victoria de la temporada, sacó a pasear su lado más racional y le arrebató el liderato del Mundial a Dovizioso. El italiano, que parece el único piloto capaz de apartarle del camino hacia el título, ha cedido a la presión en los dos últimos grandes premios y ya no desprende la confianza que le destacó como el gran favorito para coronarse a finales de octubre como el más grande en el cuarto de litro. Lorenzo se ha olvidado (al menos publicamente) de guerras absurdas, ha bajado de revoluciones y ha tirado de calculadora para que no se le escape ningún detalle. En Sachenring se le vio más sereno y maduro que nunca y aunque su golpe de autoridad no fue ni mucho menos definitivo (las diferencias entre los dos grandes aspirantes son casi inexistentes), se va a conceder el lujo de marcharse de vacaciones conservando el gobierno del categoría. Y es que, más allá de los números que reflejan las clasificaciones, el mallorquín emite una sensación de superioridad que le otorga una ventaja considerable. Giorgio ya ha demostrado que es lo suficientemente fuerte como para superar una situación personal adversa e invertir una racha de resultados decepcionantes. Ahora sólo hay que comprobar si la frialdad que proyecta es consistente, ya que además de sostenerse, tendrá que medir muy bien todos y cada uno de sus movimientos.

CONFORME. Lorenzo es un tipo acostumbrado al éxito al que le cuesta mucho digerir cualquier resultado distinto a un triunfo. Sin embargo, ayer rompió con esa imagen de duro que tanto le ha perjudicado en algunas ocasiones y reconoció en el mismo circuito que un error en la elección de los neumáticos le había privado de obtener un botín mayor en Alemania. Además, felicitó a los suyos por todo el trabajo del fin de semana y recordó que para mantener sus opciones hay que ir paso a paso. Parece que el «48» ha encontrado el camino correcto.

ABIERTO. El Mundial se presenta ahora más atractivo que nunca. Takahashi se resiste a salir del trio de candidatos y quedan por delante seis pruebas que tendrán un valor descomunal en la criba definitiva. Esto pinta bien, pero habrá que esperar casi un mes para que el circo reviva. Y eso parece mucho tiempo.