Schumacher ganó con claridad su Gran Premio local por delante de su compañero brasileño Felipe Massa y del finlandés Kimi Raikkonen, de McLaren Mercedes, escudería para la que conduce el otro piloto español, Pedro de la Rosa, que abandonó en la tercera vuelta.
Kimi, que en sus anteriores cinco comparecencias nunca había logrado acabar en el Hockenheimring, logró su primer podio en el GP de Alemania tras arrancar en esta ocasión desde la «pole», posición que no ocupaba desde la prueba de Turquía del año pasado.
Junto a él, en la primera fila, lo hizo el «Kaiser» y por detrás, su gregario, el disciplinado Massa. Entre éste y Alonso arrancaron los dos Honda del inglés Jenson Button -cuarto- y del brasileño Rubens Barrichello -sexto- y entre ellos el compañero italiano de Fernando, Giancarlo Fisichella.
Salir a la contra y luchar por el podio. Esa era la intención de Alonso -después de haber igualado el sábado su peor resultado en una calificación, la de Malasia-, en una pista en la que el año pasado asestó el golpe definitivo al campeonato.
Pero en esta ocasión los Ferrari y sus neumáticos Bridgestone fueron muy superiores al R26 y a los Michelin del líder, que también se vio superado al final por Button. Alonso lidera ahora el Mundial con once puntos sobre Schumacher, que firmó la quinta victoria de la temporada, la tercera consecutiva, y se sitúa a un triunfo de la media docena que lleva el asturiano.
Alonso salió bien y recuperó dos puestos, aunque en la horquilla Button le devolvió el adelantamiento y el asturiano cruzó por el primer paso de meta en sexta posición, por detrás de «Fisico».
De la Rosa también ganó dos puestos en la primera vuelta, pero, en su segunda carrera del año -tras reemplazar al colombiano Juan Pablo Montoya- sólo pudo dar dos más y abandonó debido a un fallo eléctrico.
Raikkonen paró en la vuelta diez y el germano tomó el liderato real, beneficiándose de que al finlandés se le enganchó la rueda trasera derecha y tardó quince segundos en su parada.
Barrichello quemó el motor de su Honda y abandonó poco antes de la primera parada del español, que entró en boxes en la 20, una después que Fisichella y en el mismo giro que Schumacher. «Schumi» cargó 82 litros en 8,9 segundos. Fernando, 72 en ocho justos.
Los dos Ferrari se encaminaban hacia un nuevo doblete y en la vuelta 29 el hombre-récord de la Fórmula Uno lideraba con 1.6 sobre Massa, 27 respecto a Button, que era tercero y 44 sobre el líder del Mundial, que en ese momento era sexto.
Tras pasar el ecuador de la prueba, completado el trigésimo cuarto giro -dos después del accidente del canadiense Jacques Villeneuve (BMW) el «Kaiser» comandaba con 1,2 sobre su gregario y con medio minuto respecto a Button. Alonso circulaba en sexta posición, a 44 segundos, por detrás de Fisichella y del australiano Mark Webber (Williams).
Webber superó al italiano en la vuelta 39, que paró por segunda vez en el garaje un giro más tarde, después de mostrar escasas ganas de colaborar con Alonso, que circulaba justo por detrás.
Fernando entró en la 43. Tardó 8,2 segundos y retornó a pista por delante del italiano, en el octavo puesto provisional. Tras la reordenación, los dos Ferrari lideraban por delante de Kimi, que recuperó un puesto en el podio, con Button cuarto y Alonso en sexta posición, a cuarenta segundos del alemán.
Schumacher visitó los talleres en la 45 y desde allí ya no tuvo problemas para pilotar triunfal hasta meta, donde firmó su triunfo 89, engordando una de las muchas plusmarcas que detenta.
A falta de 9 giros, el alemán lideraba con 25 segundos sobre Raikkonen, que había superado a Button y, tras el abandono de Webber -el octavo de la temporada-, Alonso era quinto, a 35. En su afán de superar al inglés, el ovetense atacó a tope y cometió un error que le supuso un «paseo» por la hierba a la entrada del estadio.
Se tuvo que conformar con la quinta plaza y si el sábado se le aguó relativamente su vigésimo quinto cumpleaños, al igualar la peor calificación del año, ayer hizo lo propio en carrera, al empatar el quinto de Indianápolis, hasta ahora su peor puesto del Mundial 2006.
A algunos les parecerá un botín exiguo, pero Alonso ha acostumbrado mal a su afición. Seis triunfos, cuatro segundos puestos y dos quintos en doce carreras no los hubiera soñado ninguno de sus compatriotas hace tan sólo un par de años.
Pero lo cierto es que el Mundial se complica y se pone más que emocionante, porque detrás, pisándole los talones, Alonso tiene al mejor de toda la historia, que pilota para el gigante de la Fórmula Uno, Ferrari, una escudería con más recursos.
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