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Miquel Alzamora
Diego Tristán ya está en Palma. Pasadas las doce de la noche, aterrizó en el aeropuerto de Son Sant Joan dispuesto a ser «el de antes». Durante la jornada de hoy, el delantero sevillano, de 30 años, firmará contrato con el Real Mallorca para la presente temporada. El futbolista, que aceptó la oferta isleña tras una reunión mantenida durante la jornada de ayer en Madrid con el secretario técnico de la entidad, Nando Pons, y el entrenador Gregorio Manzano, recibirá un fijo que ronda los 400.000 euros, además de unas cantidades extras por incentivos de partidos jugados y de la clasificación deportiva del Mallorca. Su renuncia a una importante oferta económica del Charlton, que triplicaba su ficha en el Deportivo, demuestra que su interés pasa por volver a brillar en un club que abandonó hace seis años previo pago de 2.300 millones de pesetas por parte del Deportivo.

«A día de hoy, mi única meta es trabajar. Llevo tiempo sin jugar, pero tengo muchas ganar en volver a coger mi mejor nivel», apuntó Tristán, que esparció ilusión: «El club sabe lo que he dejado escapar económicamente para venir aquí y el propio Mallorca también ha realizado un esfuerzo importante para ficharme. Ojalá todo salga bien», apuntó. Su anterior etapa en el Mallorca (99-00) fue una de las referencias de la nube de periodistas que aguardaban su llegada desde hacía un par de horas: «Viví una etapa increíble y espero demostrar a toda la afición que puedo estar al nivel de antes». Al respecto de su condición física, Tristán fue claro: «Me falta jugar. Llevo una semana parado y ahora tengo que trabajar».

Diego, el último pichichi nacional de la Liga, está cerca de alcanzar la cifra de 100 goles en Primera División después de siete temporadas consecutivas entre la nobleza. El sevillano, que ha sido 15 veces internacional y mundialista en Corea y Japón en 2002, es el segundo máximo goleador del Mallorca en una sola temporada con 18 goles -Magdaleno marcó 19 en la campaña 1986-87- y se proclamó «Pichichi» de Primera. La presencia de Diego supone un espaldarazo al proyecto del presidente Vicenç Grande. Con Ibagaza y Tristán, el Mallorca recupera parte de su glorioso pasado.