-¿Por qué decide comprar las acciones del Grupo Z y de Francisca March?
-Porque era la mejor solución para el Mallorca y porque ellos tienen el deseo de vender. Aunque tuviera la mayoría, al haber comprado las acciones de Francisca March, estime que adquirir las de «Z» era lo mejor para el club. En cierta forma, el Grupo Z me había manifestado en varias ocasiones que se quería ir. Era inevitable.
-¿Fue una decisión meditada o surgió de forma inesperada?
-En el mundo de los negocios tienes dos opciones: negociar el primer día o esperar al último momento. Yo decidí esperar que las circunstancias se precipitasen. Si el Grupo Z, como me habían dicho, decidía ir a la ampliación, no pasaba nada; si decidían vender, ya dirían cosas. Decidí esperar. No tenía ninguna intención en comprar porque con mis acciones y las de mis afines, como José Miguel García y Xavier Cabotà, controlábamos el 55% del accionariado. Yo tenía mayoría con cualquiera de los dos. No pasaba pena por la mayoría del club. Lo que ocurre es que no es bueno para la entidad que puedan surgir discrepancias. Además, hay otro motivo importante. Antonio Asensio es el culpable de que el Mallorca esté donde está y no quería que las relaciones con el Grupo Z acabasen mal. Intenté defender nuestros intereses lo mejor que supe y al final, después de discutir durante casi cuatro horas, llegamos a un acuerdo.
-¿Había otros compradores para adquirir ese 29% de la familia Asensio y Francisca March?
-A mí me manifestaron que sí, que tenían una oferta de un comprador mallorquín. No entraré en detalles. Yo sé cómo eran y lo que eran, pero no diré nada más...
-Si las cuentas no fallan, usted ha comprado acciones en tres años por valor de 10 millones de euros.
-Algo más. Y ahora tendremos que ampliar alrededor de unos 3 ó 4 millones de euros más. Calculo que más o menos cuando acabe la ampliación, la familia Grande habrá invertido unos 14 millones en el Real Mallorca, aunque creo que el esfuezo vale la pena.
-Sí porque usted entró como un pequeño accionista en el verano de 2003. ¿Se imaginó alguna vez entrar en esta dinámica?
-A mí me embarcó en esto el capitán araña, que es Xavier Cabotà. Siempre le digo esto porque embarca a la gente y él se queda en tierra. Hace tres años, inocente de mi, le dije que contara con 100.000 euros míos. Al final, entre Mateu Alemany y Ramón Rosselló, me convencieron y aporté 1.270.000 euros. Pero yo pensaba ir con 100.000 o 200.000... pero no estoy arrepentido de haber invertido 14 millones de euros aunque las circunstancias me hayan empujado. Es la ocasión, ahora o nunca, de conseguir un campo propio; un presupuesto de entre el quinto y el noveno; un equipo competitivo que pueda luchar por Europa. Mallorca representa la agrupación humana número cinco o seis del país y, por lo tanto, nos merecemos el equipo cinco o seis de la Liga.
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